Según bajaba por la calle Toledo, se me ocurrió pasar a la Colegiata de San Isidro para descubrirla por dentro.
Descubrí además que desde 1769 y tras idas y venidas por varias capillas de la capital, el cuerpo de San Isidro labrador, hayado incorrupto en el 1212, se encuentra en el sarcófago del retablo mayor.
En cuanto a la Colegiata he podido ver que fue catedral de Madrid hasta que en 1993 le cediera el título a la de la Almudena.
Su construcción data de mediados del siglo XVII, cuando gracias a las donaciones y ordenanzas de María de Austria, hermana de Felipe II, los arquitectos jesuitas Pedro Sánchez y Francisco Bautista la proyectaran basándose en el modelo jesuítico de la Iglesia del Gesú de Roma considerada precursora del barroco.
Es por tanto el mejor ejemplo barroco que tenemos en la capital. Su cúpula, típica de este estilo es diseño de Bautista y la primera falsa cúpula sobre armazón de madera recubierto de yeso, por lo que se la denominó cúpula encamonada.
Otro edificio más por el que pasamos delante sin apenas conocer las historias y misterios que encierra.
Por cierto alcarreño postizo, supe reconocer el estilo nada más verla ¿Será que de verdad estamos aprendiendo algo de arquitectura?