La última confidencia del escritor Hugo Mendoza

Publicado el 17 junio 2015 por Nievesvillalon @mundosdelectura



Joaquín Camps es profesor de la Universidad de Valencia, ciudad en la que reside. Su campo principal de investigación y docencia es el comportamiento humano en las organizaciones, y ha publicado numerosos trabajos científicos en esta área. La última confidencia del escritor Hugo Mendoza es su primera novela.

El atractivo profesor de literatura Víctor Vega decide aceptar la insólita propuesta que le hace la viuda del escritor Hugo Mendoza: investigar si, a pesar de que su muerte fue rigurosamente certificada, su marido sigue vivo y averiguar quién envía, cada tres de diciembre, un nuevo manuscrito del escritor fallecido. Con sus pesquisas Víctor desvelará misterios que pondrán en peligro su vida, pero lo hará acompañado de una bella y enigmática mujer de la que se enamorará irremediablemente. Paloma, una histriónica experta en matemáticas, y Santa Tecla, monja de clausura que además es un genio informático, también arroparán a Víctor en esta trepidante novela plagada de enigmas.Joaquín Camps logra con maestría una trama entreverada de misterio, de denuncia, de amor. Y de su implacable pareja de baile: el desamor. Sus personajes, de lo más variopintos, tienen una fuerza desgarradora, que obliga al lector a mirar hacia la trastienda interior que todos llevamos dentro.

La útlima confidencia del escritor Hugo Mendoza (tela el título, es pequeño... :P) está narrada en todo momento en tercera persona. Un narrador muy discreto, omnisciente, sin entrar en escena y ofreciéndonos todos los datos que necesitamos para seguir el ritmo de la novela, no perdernos, y además generarnos la intriga suficiente como para leernos 100 páginas sin apenas darnos cuenta (hecho verídico por la que os está contando esto ahora mismo).
Los personajes son otro punto muy emocionante. Están genial construidos, cada uno tienen su carácter y ni sobra ni falta ninguno. Son personajes muy creíbles, ya que el propio autor confesó que hacerlos fue lo que más le costó, y puso mucho empeño en ellos. Y bien que se ha notado el esfuerzo, porque ninguno se solapa, son totalmente coherentes y no hay lagunas entre ellos.El protagonista es Víctor Vega, un profesor que de carácter es muy chulo e impulsivo, pero también es decidido y consecuente. Inicia una investigación y promete llegar al final, con todo lo que ello conlleva. Luego tenemos a Paloma, personaje que me ha fascinado. Es una especie de barriobajera culta (lo siento, pero me ha recordado a mí xD). También es muy chula, soberbia y prepotente (me estoy dejando en buen lugar...), pero es la viva imagen de la amistad, y por Víctor se desvive para conseguir aydarle en todo.Ana y Bea son hermanas, las que contratan a Víctor para esa misteriosa investigación... Son la noche y el día. Mientras que Ana es discreta, Bea es una "devora-hombres", también impulsiva y muy resuelta.El otro personaje presente en la obra y que trae a todos de cabeza es... ¿lo adivináis? Hugo Mendoza. ¿Qué esconde? ¿Quién hay detrás del que envía sus manuscritos? ¿Cuál es su pasado oculto? 
En cuanto a la técnica narrativa, es deliciosa. Con un ritmo vertiginoso y un equilibrio perfecto entre diálogo y narración. Todo está perfectamente cuidado para que te zambullas en la historia y no puedas salir, aun cuando has acabado el libro (yo aún sigo dándole vueltas...).

Empezando por la portada, que sinceramente es lo primero que me llamó la atención, este libro ya te entra por los ojos. Luego hice algo que no suelo hacer: leer la sinopsis. Increíble. Y ya cuando me dijeron que acudiera al encuentro con el autor ni me lo pensé.
He tardado en leerlo porque las 800 páginas me daban miedo en mitad de exámenes, pero ya no pude aguantar más. Si tenéis tiempo, el libro lo devoráis en dos tardes, a pesar de tener tantas páginas, porque la historia te induce a ello.
Fuera de la estética y las páginas y tal, lo de dentro es aún mejor. Toda la trama engancha un montón, tanto la principal como las subtramas. Todo es interesante y enigmático, y te invita a tener tus propias teorías (que luego se cumplirán o no... yo os digo que la última de todas NO SE ESPERA, avisados estáis).
¿Y el final? ¡Qué pedazo de final! Y no me refiero al epílogo... Ya se lo hice saber al autor cuando lo acabé, pero desde aquí le digo que ole, ole y OLE. Que de esos finales ya no quedan, y que me creó un trauma jajaja. Ya no te puedes fiar ni de tu sombra...