Zita de Borbón - Parma, nació el 9 de mayo de 1892 en Lucca, Italia. Zita fue una de los muchos vástagos que tuvo el destronado Roberto I de Parma, con sus dos esposas. Era era hija de la segunda, María Antonia de Portugal. Zita creció feliz rodeada de sus muchos hermanos y hermanas en las distintas posesiones de su familia en varios puntos de la geografía europea. Su educación estuvo a cargo de preceptores hasta que marchó a estudiar en instituciones religiosas femeninas en las que formó su profundo carácter piadoso.
Zita llegó a pensar en la posibilidad de hacerse monja, pero su familia le deparaba un destino más elevado. Como el duque de Parma había fallecido cuando ella tenía quince años, fue su madre la que buscó en las distintas casas reales europeas al posible candidato para su hija. La infanta María Antonia pronto se fijó en el que se había convertido en heredero al imperio de los Hasburgo, el príncipe Carlos. En aquel entonces, el emperador Francisco José había decidido que su sobrino y heredero, Francisco Fernando, no podría transmitir sus derechos sucesorios a sus hijos al haberse casado con Sofía Chotek, una condesa que según Francisco José no era digna de convertirse en emperatriz. Así las cosas, el sobrino nieto del emperador, se situaba el siguiente en la línea sucesoria.
El jefe de la casa de Habsburgo aceptó la propuesta de la infanta María Antonia de casar a Zita con Carlos, pues su familia materna estaba emparentada con distintas casas reales europeas. El matrimonio se celebró el 21 de octubre de 1911. Instalada como primera dama de la corte de los Habsburgo, Zita dio a luz a su primer hijo un año después. Tras él vendría ocho hijos más.
Empezaba un largo exilio para los emperadores destronados. En Madeira, donde la familia imperial intentó mantener una vida tranquila, fallecía el emperador Carlos I. Era el 1 de abril de 1922. Zita se auto impuso entonces el papel de emperatriz regente de su hijo Otto, pues durante mucho tiempo creyó que recuperaría el imperio perdido.
Pocos meses después, y gracias a la ayuda de Alfonso XIII, Zita, embaraza de la hija póstuma de Carlos, se instaló en el palacio de El Pardo en Madrid donde dio a luz a Elizabeth. Poco después se trasladó con sus hijos a vivir a la villa Uribarren en Lekeitio, el País Vasco.
La vida en Quebec fue austera para Zita, quien se volcó en recaudar fondos, comida y material de primera necesidad para enviar a Austria. Fue tal su éxito, que se decidió a viajar por los Estados Unidos para continuar con su labor solidaria. Finalizados los estudios de sus hijos, a punto de terminar el año 1948, Zita se instaló en una casa a las afueras de Nueva York.
Años después, en 1952, regresaba a Europa y se instalaba en el Gran Ducado de Luxemburgo donde se dedicó a cuidar a su madre ya anciana y a colaborar en el proceso de beatificación de su marido. Treinta años después, y por mediación de el rey Juan Carlos I de España, Zita pudo volver de nuevo a Austria, donde fue recibida con mucho cariño.
El 14 de marzo de 1989, la que fuera la última emperatriz de Austria, fallecía a los noventa y seis años de edad en su residencia suiza de Zizers. Un mes después, sus restos volvían definitivamente a Viena, donde reposan junto a su marido en la Cripta Imperial de los Habsburgo.