La élite de sus tropas estaba formada por Milán y Juventus, que conquistaban territorios con aplastante autoridad, mientras que el resto del formidable ejército italiano lo formaban legiones como Parma, Inter, Fiorentina, Nápoles, Sampdoria, Roma o Lazio. En todo el viejo continente se temía a las legiones del César.
En los ochenta, Juve y Milán consiguieron levantar el máximo trofeo, los rossoneros por partida doble, ambas escuadras repitieron éxito en los noventa. Respecto a la UEFA y a la desaparecida Recopa, en los ochenta Nápoles y Juventus levantaron la primera, mientras que Sampdoria y nuevamente la Juve alcanzaron la segunda. En los noventa mojaron en UEFA Juventus, Parma e Inter, ambos últimos por partida doble. La Recopa la consiguieron Parma y Lazio. Es decir, en la década de los noventa de veinte títulos posibles Italia se embolsó nueve, ahí es nada.
En la primera década del siglo veintiuno el Milán ha añadido dos Copas de Europa más a su palmarés. Sin embargo, ningún equipo italiano ha ganado la UEFA en la última década, un claro signo de la debacle del Imperio.
Parece que fue ayer cuando los mejores, los buenos de verdad, jugaban en el Calcio. Maradona, Gullit, Van Basten, Baggio, Batistuta, Weah, Savisevic, Maldini, Del Piero, Ronaldo, Adriano, Buffon, Zidane… Lo único que se esperaba del bombo era que no te deparara un rival italiano.
Ahora las cosas han cambiado, en los últimos años el fútbol italiano no ostenta el poderío de antaño, sus equipos ya no asustan, sólo su desquiciante buena suerte y su cicatería meten miedo. Bien es cierto que sólo hace cuatro años que los azzurri levantaron la Copa del Mundo en la mismísima Alemania, pero en este último Mundial de Sudáfrica la bella Italia hizo el ridículo, fracasó estrepitosamente. Ese bajón de nivel lo han experimentado también sus equipos, este año sólo el vigente campeón de la Champions sigue vivo en Europa y, cómo no, por los pelos.
Pues bien, este año la caída del Imperio Romano ya se ha producido. Las hordas bárbaras del Shakthar Donetks tomaron la capital y destrozaron a la guardia pretoriana, los británicos del Tottenham consiguieron resquebrajar el Muro de Adriano con un solitario gol y apearon al Milán. En la UEFA League no queda ni un representante italiano, la aldea de Villareal, liderada por Borja Valerix, resistió la invasión napolitana y alcanzó la victoria con su poción mágica amarilla.
Así pues, el Inter de Milán, con la Pantera Negra a la cabeza, es la última legión de un Imperio que vive sus días más grises. De Etoó, el almirante Sneijder y el gladiador Pandev dependerá que la legión sobreviva una batalla más, su sueño, y el de todo un Imperio en ruinas, es que vuelvan a conquistar la gloria. Las poderosas armadas española y británica les esperan.
"Alea jacta est"