La ultraderecha aterroriza a Oslo, Noruega y Europa

Hace tiempo que muchos avisan de que el avance de la ultraderecha en Europa es una realidad que hay que controlar sin demorarse más. A mediados de abril el partido ultraderechista ‘Auténticos Finlandeses‘ se abrió un hueco en la actualidad europea plantándose como una de las alternativas en el país lapón. Con un marcado carácter xenófobo y antieuropeísta la formación de Timo Soini hizo temblar los cimientos de la UE.

Tres meses después ha ocurrido una de esos sucesos dramáticos que marcan la historia de un país y hasta de un continente. Oslo vivió el pasado viernes uno de los días más dramáticos de sus historia desde la invasión nazi. Un ultraderechista, llamado Anders Behring Breivik, sembró el terror en la capital noruega con una bomba en el distrito gubernamental y una matanza a tiros en la isla de Utoya. El número de muertos se eleva a 76.

Este individuo atacó a las juventudes del partido que gobierna en estos momentos el país nórdico. Su principal motivo: salvar a Noruega y a Europa occidental de los musulmanes y del marxismo cultural. Hay que tener en cuenta que Noruega es el país del Mundo con mayor IDH (Índice de Desarrollo Humano), es decir, el país con más alto calidad de vida. Además la población inmigrante de Noruega no llega al medio millón de personas en 2010.

 Obviamente este individuo, este psicópata inmoral y miserable no ha desarrollado este crimen solo y desamparado. Detrás de esta cara visible deben existir organizaciones que los reúna y les ofrezcan una infraestructura. Las autoridades nacionales deben perseguir a toda costa a estos grupúsculos e impedir que sigan desarrollando su actividad en la sombra, de lo contrario Europa se verá envuelto en un problema social enorme. Tan enorme como la misma guerra.