No permitamos que el diablo nos engañe haciéndonos pensar que hay otra manera de entrar al lugar que Dios nos tiene reservado. El diablo Satanás es el mentiroso rey de la mentira. Nos trata de engañar sutilmente con cosas que al final son vanas. Nuestro cuerpo solo es débil cuando nos alejamos de Jesús de sus enseñanzas. Recordemos las palabras que Dios dijo a Josué antes de entrar a la tierra prometida.
De la misma forma que Josué tuvo que prepararse, ser valiente, procurar de no desviarse a diestra ni siniestra, así es la vida que debemos de ejercer para entrar a la morada santa que nos espera. Los ángeles nos esperan. La única puerta es Jesús. Si creemos y confesamos que le reconocemos, lo mas seguro que la puerta este abierta a
una vida plena de felicidad por los siglos de los siglos. Amen.