Guillermo Lasso y la unidad ecuatoriana
“Guillermo Lasso se ha colocado cuatro puntos por delante del oficialista Lenín Moreno en las encuestas para la segunda vuelta en Ecuador, abriéndose así la posibilidad de que ese país abandone el populismo.La historia juega a favor de Lasso. A menudo la segunda vuelta en ese país da el triunfo a quien llegó segundo en la primera gracias a que se forman coaliciones amplias para el “ballotage”. Sucedió con Febres Cordero a mediados de los 80, con Abdalá Bucaram a mediados de los 90 y, por supuesto, con el mismísimo Rafael Correa, actual Presidente, en 2006 (fue superado por Álvaro Noboa en la primera vuelta pero obtuvo más de 56 por ciento en la segunda).Lasso ya ha recibido el apoyo de los socialcristianos, cuya candidata llegó tercera, y de Paco Moncayo, el candidato de la izquierda vegetariana (por oposición a la carnívora), que ha sido menos contundente que ella pero inequívoco. Más sorprendente es que una parte de la izquierda carnívora, encarnada parcialmente en la CONAIE, confederación de movimientos indigenistas, ha dejado saber, por medio de una de las organizaciones que la integran, Ecuarunari, que prefiere “a un banquero que a una dictadura”.Es difícil exagerar el poder que tienen, en América Latina, las coaliciones “anti”. Hace no mucho Pedro Pablo Kuczynski logró derrotar a Keiko Fujimori en el Perú gracias a una movilización antifujimorista, para citar un ejemplo reciente. Es evidente que una amalgama construida sobre una urgencia nacional no es lo mismo que una sólida coalición de gobierno. Nadie que tenga un poco de racionalidad puede suponer que, en caso de ganar, Guillermo Lasso podrá contar con el respaldo rotundo y permanente de la derecha, la izquierda y parte de la extrema izquierda. Pero el Ecuador vive una emergencia y la prioridad es sacudirse a un régimen populista con elementos muy autoritarios para devolver al país a la democracia liberal.
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