En los medios de comunicación no hemos vuelto a saber nada de la pelea de Cebrián y su grupo Prisa con los demás ¿habrán hecho un pacto de silencio y no nos hemos enterado? Los Ricos, Indignados, están hartos de problemas. La frase de Carmen Thyssen: "Ser rico es muy difícil ... ser rico conlleva muchas responsabilidades”. Están indignados. Van a montar un nuevo 15M... será el club de los que, con un yate de al menos 15 metros de eslora, se unirán en su rebelión... (G. Wyoming)
El resultado más sobresaliente de las elecciones del 20 de diciembre ha sido el giro a la izquierda y la muerte del bipartidismo. El hecho concreto era que la suma de Podemos, Confluencias e IU daba para un gobierno de izquierdas con el PSOE, pero éste se opuso. El nuevo Secretario de UGT lo dijo, en su primer discurso, nada más ser elegido: “que gobiernen las izquierdas”, que pacten. Eso sí lo dijo solo una vez, cuando fue elegido contra pronóstico, una persona de izquierdas y defensor del referéndum en Cataluña (la renovación sindical interna ha sido muy relativa: una persona que lleva decenas de años liberada sindical, dirigente de Cataluña). Pero al menos un poco más a la izquierda que el anterior Méndez. Por eso seguramente a él si le salían las cuentas: solo había que convencer a Esquerra Republicana y al vasco PNV para que se abstuvieran y dejaran gobernar a la izquierda. Pero el PSOE dijo no. O entraba Ciudadanos en el pacto o nada.
Se lo habían puesto muy difícil a Pedro Sánchez sus barones territoriales y su dirección federal que aprobaron: no al pacto solo con Podemos, no al pacto con el PP y por supuesto no al pacto con los separatistas, ni aunque fuera para que se abstuvieran de votar. Le dijeron: negocia, pero con esa triple negativa era misión imposible. Ya dijo El País por adelantado lo que deberían de hacer (el día antes del Consejo Federal): el PSOE no aceptaría un pacto de izquierdas con los grupos nacionalistas, ni siquiera en el sentido de que se ausenten de la votación. A pesar de que con el acuerdo de las izquierdas las cuentas sí salían: PSOE+Podemos+Confluencias+IU tenían mayoría en el Congreso, solo necesitan la abstención o ausencia de algunos minoritarios. Alguien lo dijo en tuiter: el PSOE ha elaborado con Ciudadanos un documento programa de 60 folios, ahora solo les falta aprender a sumar.Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, que con la boca pequeña piden un gobierno progresista, han estado callados todos estos meses. Su responsabilidad es enorme. Ha sido como si les diera igual quien gobernase. Organizaciones y movimientos sociales, de diferente signo, también se han ausentado del debate político. Lo cual es chocante: se hacen múltiples manifiestos sociales y sindicales contra los recortes, contra las leyes del PP de educación, de vivienda, las privatizaciones, el salario mínimo congelado, la Ley de Dependencia recortada,... Pero llega la hora de la política de pactos y a las organizaciones sindicales y movimientos sociales parece que les da igual. No les da igual pero no quieren verse acusadas por presionar en lo que se considera un ámbito “exclusivo” de los partidos políticos. Que negocien ellos. No quieren que se les acuse de “presionar en la calle por lo que no han conseguido en las urnas”, que les dirían los medios de comunicación. Mientras, los grupos del poder, la casta, la oligarquía, las corporaciones empresariales y financieras han estado presionando todos los días para que no hubiera un pacto de izquierdas. Desde Felipe González a Esperanza Aguirre, pasando por destacados empresarios y banqueros, han estado diciendo y repitiendo públicamente que cualquier pacto podía ser positivo con tal de que no estuviera Podemos en él. Es decir, cualquier pacto es bueno para España con tal de que no sea de izquierdas. Las organizaciones sociales de la derecha, de todo tipo, han estado presionando, mientras, las de izquierda, en silencio.
Una minoría de votantes de Podemos y, sobre todo, de IU, se niega a aceptar el pacto y dice que se abstendrá o votará en blanco.
Están también, desde siempre, los autodenominados abstencionistas activos y los que propugnan el voto en blanco, cabreados con el sistema o enfadados con los que se presentan, con la legislación electoral o simplemente con el sistema parlamentario. Por un lado los que defienden la “abstención activa” suelen venir del voto anti representación, partidarios solo de la democracia directa, reniegan de la elecciones, de la elección de representantes, delegados o intermediarios. Dicen que la única política realmente democrática es la que pueda hacer la gente directamente. Que el camino para el cambio es la movilización, la lucha y la autogestión. Vale, todo esto está muy bien. Pero ¿dónde se hacen las leyes que nos afectan a todos? En el Parlamento. ¿Quién elige el Gobierno? El Parlamento al nombrar Presidente. Por lo tanto lo lógico parece ser querer cambiarlo. Y, al menos, apoyar en las elecciones a los partidos que lleven entre sus propuestas ampliar la democracia directa y participativa, por ejemplo dando más facilidad para los referendos, para la democracia local, mediante recogidas de firmas, asambleas ciudadanas como audiencia pública, consejos de participación, etc.
Por su parte el voto en blanco representa sobre todo al que es partidario del sistema democrático representativo pero que no está de acuerdo con ninguna de las opciones que se presentan o no está de acuerdo con el sistema electoral actual. Hay que recordar que votar en blanco o abstenerse es tanto como votar al mayoritario, al que gane. Ya que en la práctica es “ausentarse de participar”, por lo que aceptas el que gane, no te queda más remedio. Además el voto en blanco perjudica a las minorías, ya que tienen más difícil llegar al requisito mínimo de un 5% de los votos escrutados. En estas elecciones se justifica menos que en otras tanto uno como el otro. Salvo que aún se piense que todos son iguales. Defender hoy día que, en las municipales, daba igual que gobernara Esperanza Aguirre-Botella que Carmena o Ada Colau, ya lo puso bastante difícil. El argumento del manido “todos son iguales, van a lo suyo, a sus intereses,...” es echarle mucha, mucha imaginación. Y ahora decir que da igual que gobierne Rajoy que Pablo Iglesias+Garzón también lo pone bastante difícil.Pienso que tanto los abstencionistas como los del blanco o el nulo disminuirán según avance la campaña. Los enfadados con la coalición unitaria se animarán a votar cuando vean el patio, de la campaña. La derecha no va a escatimar medios. Insultos, mentiras,... serán el desayuno informativo diario y así hasta la noche. Va a ser agotador. Y los enfadados con el sistema esperemos que se enfaden más con su adversario principal, con su “enemigo de clase” que se decía antes, que no confundan el tiro y, sin quererlo, le disparen al de al lado. Unidos Podemos y otros enfadados con el matrimonioUnidos Podemos, como cualquier matrimonio de conveniencia puede salir mal o bien. Pero es que todos lo son: matrimonios de conveniencia por motivos económicos, legales, emotivos o sentimentales..., es decir, oficializar el amor ¿no es una conveniencia?“... explicar ese nuevo país que llevamos dentro y que nos desborda en ideas, en entusiasmo, en ganas de hacer al fin las cosas bien. Imaginemos una ciudadanía más feliz, concentrada en avanzar desde la cooperación, el diálogo y los acuerdos” Victor A. Rocafort, http://www.eldiario.es/contrapoder/corazon-va-mundo-nuevo_6_523607645.html.