Pablo Iglesias en uno de sus multitudinarios mítines en los que concienciaba a la clase trabajadora de la necesidad de luchar por sus derechos.
Desde que el 2 de Mayo de 1879, Pablo Iglesias fundara en la taberna Casa Labra el Partido Socialista Obrero Español, los socialistas han sido el motor fundamental de los avances políticos y sociales en España. Lo fueron en la consecución de la jornada de 8 horas, en la prohibición del trabajo infantil, en la petición del sufragio universal en unas elecciones democráticas, en la llegada de la II República, en el derecho a las vacaciones, en los derechos de la mujer… Desgraciadamente, en 1936, el General Franco, tras un golpe de estado contra el gobierno salido de las urnas, impone una dictadura de 40 años que sume al PSOE en la clandestinidad, diezmándolo en el interior, y permitiendo que nuevos elementos, que pertenecían realmente a las élites universitarias del franquismo, se hiciesen cargo del partido: Felipe González, Alfonos Guerra, Manuel Cháves…
Logo del Partido de Acción Socialista (izquierda), anteriormente PSOE histórico. Uno de los fundadores de IU.
No obstante, estos franquistas disfrazados de marxistas (poco les duraría el disfraz) no
pudieron hacerse con el control de todo el PSOE, sino sólo de una parte, que pasó a ser llamada PSOE renovado o PSOE (r), mientras que el resto del partido, dirigido por Rodolfo Llopis, se llamaría PSOE histórico o PSOE (h). Desgraciadamente, las autoridades del Régimen despojaron a los segundos de su nombre y entregaron las siglas del PSOE a los renovados, pasando a llamarse los históricos Partido de Acción Socialista (PASOC), que sería uno de los partidos fundadores de Izquierda Unida. Por otro lado, dentro del propio PSOE (el renovado, que era el único que podía usar ese nombre) se estaban llevando a cabo los cambios que lo convertirían, de forma brusca y radical, en el partido neoliberal que es ahora, ante lo cual, algunos socialistas (los pocos que aún quedaban) se organizaron en la corriente Izquierda Socialista. La división del socialismo estaba servida: de los socialistas renovados e históricos, pasábamos a los socialistas del PSOE y los socialistas de IU, ambos minoritarios en sus respectivas organizaciones.
Hoy, el panorama no es diferente. El socialismo sigue dividido, al menos, en cuatro vertientes diferentes, y es que a los pocos socialistas que quedan en el PSOE (Izquierda Socialista), y a los socialistas de Izquierda Unida (agrupados ahora en Recuperando el Socialismo), hay que añadir a los compañeros de Alternativa Socialista, que si bien se presentan en dentro de Izquierda Plural y, por tanto, en coalición con IU, no forman parte de ésta, así como a los socialistas que forman parte de Podemos (ISI). De esta forma, el panorama socialista se encuentra en un grado de división como nunca se haya visto: los socialistas están en todos los frentes de izquierdas (más el PSOE, que de izquierdas tiene poco o nada), pero debido a esa división, son insignificantes en cada uno de ellos. Así el gran ariete en favor de la democracia y los derechos sociales que otrora fundase Pablo Iglesias, esto es, el socialismo español, está más debilitado que nunca. Y es que, si la unidad hace la fuerza, es evidente que la división la destruye.
Decían Marx y Engels aquello de “proletarios de todos los países, uníos”. Con la misma fuerza, la misma motivación, pero un mayor grado de ridiculez (pues no hay motivo para que los socialistas de un mismo país actúen divididos) yo he de gritar hoy: “socialistas de todo el estado español, uníos”.
Rodolfo Llopis, primer líder del PSOE histórico, después conocido como PASOC, uno de los partidos fundadores de Izquierda Unida.