La unión hace la fuerza – a favor de los grupos de apoyo

Por Valedeoro @valedeoro

La cultura occidental (o como quieras llamarla) le da mucho valor al individualismo, hasta el punto de que a algunas personas les da vergüenza pedir ayuda. Así que voy a hacer una declaración oficial: ¡tengo un grupo de apoyo y me encanta! Especialmente ahora, que trabajo mucho desde casa. Existe el riesgo real de que me quede atrapada en casa, vestida en pijama, creando frenéticamente , trabajando, investigando, sin darme cuenta que desde hace 5 días no he visto otra cara que la de mi perro que reclama que le saque. Además la ausencia de un jefe (o de un equipo para delegar) me tientaa dejar las cosas más aburridas (las “ranas”) para el dia siguiente, o el otro, o otro…hasta que se me acumulan y me toca no solo tragarme una rana, sino todo un ejército de ellas.

Las listas de tareas pendientes ayudan hasta cierto punto, pero mi compromiso con el trozode papel (vale, conmigo misma) no es el mismo que cuando alguien me lo está reclamando. Debe ser algo psicológico. Pero no estaría escribiendo esto, si no hubiera encontrado mi própia solución: tengo un grupo de apoyo. Lo podría llamar “autorealizadores anónimos”, ya que cada uno tiene un proyecto personal que requiere un poco de “caña” (ajena).

Nos conocimos vía meetup, un sitio web que facilita la organización de reuniones en la vida real alrededor de temas específicos, buscando si había un grupo de yoga en mi barrio, encontré un grupo cerrado que prometía ayudarte en la realización de tus metas. Asi que cómo, me picó la curiosidad, y como no tenía nada que hacer esta noche, fui a visitar esta reunión, del tipo “Mastermind”.

Éramos seis. La organizadora explicó las reglas

  • Hay una reunión cada 2 semanas y es obligatorio asistir.
  • Cada reunión tiene una estructura fija:
    • Parte 1: cada uno cuenta cómo le ha ido en las últimas 2 semanas.
    • Parte 2: cada uno cuenta algo con que necesita en este momento y el grupo hace una lluvia de idea para encontrar soluciones.
    • Parte 3: cada uno se compromete a hacer ciertas cosas hasta el próximo encuentro.
  • Todo lo que se dice en las reuniones es 100% confidencial.

Fue en Octubre y fui muy escéptica, pero algunos de los participantes me cayeron bien, así que volví. Como os podéis imaginar, ya no somos seis, sino sólo tres. Tres personas comprometidas consigo mismasy dispuestas a ayudar a los demás. Seguimos encontrándonos cada dos semanas para reportar nuestro avance, ayudarnos mutuamente con las ideas, los recursos, los contactos y el buen rollo y para decir oficialmentequé “ranas” vamos a tragarnos esta semana.

¿Qué os voy a decir? Estoy avanzando en mis proyectos y hay personas que saben en qué punto estoy, preguntan por cosas específicas, y comparten sus própias inquietudes conmigo. He aprendido que en compañía se avanza mejor, especialmente si esta compañía no se dedica alo mismo que tú (como los colegas de trabajo) o te conoce demasiado (como los amigos). En mi grupo bisemanal puedo desahogarme de forma sana. Me escuchan, y en vez de sufrir conmigo van lanzandoideas para que pueda avanzar a pesar de los problemas. Cuando les toca a ellos , entonces soy yo quien contribuye y como ninguno de nosotrostrabajamos en el mismo sector, el apoyo es mucho más creativo y más enfocado en los procesos que en el problema específico. En fin, son dos horas altamente inspiradoras.

¿Tienes un grupo de apoyo? ¿Cuál es tu estrategia para mantener la motivación?


Foto: Nic McPhee / flickr