A mediados de febrero saltaba a las páginas de mi diario una impactante noticia. Noticia que todavía no ha podido ser confirmada, pues los historiadores han llegado a ubicar la ciudad de "Intercatia", una de las urbes más importantes de la época romana, en 39 puntos diferentes de la geografía española, como Villalpando (Zamora-España) o Montealegre (Valladolid), entre otros.
Pero muchos indicios, influenciados también, qué duda cabe, por los importantes hallazgos de Saldaña, apuntan a Paredes de Nava, bajo cuyo pago se asentaría este importante legado romano, verificación y estudio que llevará largo tiempo, pues se necesita sobre todo financiación para llevarlo a cabo.
Al este de esta villa (2096 habitantes en 2011), han ido apareciendo cientos de objetos de aquella época: sobre todo, vasijas, joyas y monedas, que se guardan en su mayor parte en el Museo Arqueologico Nacional o en el Museo Provincial. Otros han desaparecido o pertenecen a colecciones privadas.
En 1870 se produjo un importante hallazgo en la zona "téseras" del siglo I, que hace referencia a un pacto de hospitalidad entre el pueblo intercatiense y Pallantia (Palencia romana).
La Asociación Cultural En busca de Intercatia, ha estado trabajando estos años para que se descubra lo que por la importancia de los hallazgos debió ser «una de las más boyantes entre las que se encontraron los ejércitos romanos a su llegada a las tierras del interior de la Meseta». Desde 2009 han estado trabajando en la zona seis arqueólogos, coordinados por Javier Pérez y con la colaboración puntual del alemán Helmunt Becker, profesor de la Universidad de Munich.
- Un tesoro bajo tierra
«Estamos seguros de que en el siglo X después de Cristo aún se conservaban restos de las paredes de las casas romanas. Cuando se perdió el asentamiento en alto –donde se encuentra el yacimiento- se creó el asentamiento en bajo –el pueblo actual- cuyo nombre, Paredes de Nava, responde a las paredes que aún se veían desde el pueblo en el asentamiento en alto», subraya el arqueólogo.A juicio de los expertos y según relata para el Diario Palentino Analia Fernández,
"/...bajo esas tierras se esconden los restos de lo que en su día fue una muralla de más de 1.000 metros de longitud, con tres entradas, junto a las que se sitúan grandes construcciones que, serían torres de control que formarban parte del sistema defensivo del poblado. Una gran muralla de 40 metros de anchura –la misma que las descubiertas en otras ciudades vacceas- construida a base de adobe y un revestimiento en piedra que protegía la ciudad de posibles ataques.Tras los límites de la muralla se esconden en el mapa pequeños puntos negros que a los ojos de cualquier ciudadano de a pie no serían más que eso. Sin embargo, según han interpretado los expertos, esos pequeños puntos fueron en su día un templo, un taller de alfarería y las casas en las que habitaron hace siglos pobladores vacceos y, más tarde, romanos.
«La gran incógnita es aún saber cómo serían las casas de la ciudad, pues probablemente muchas de ellas se quemaron y destruyeron», lamenta el arqueólogo.
Fuentes consultadas:
Diario Palentino.
Imágenes:
Diario Palentino y El Caballete