No me apetece en absoluto escribir este post. Quien me conoce sabe cual es mi pensamiento religioso. Dedico el mismo tiempo a Dios que a pilotar aviones, ir en monociclo o al parapente. Pero, igual que esas actividades, me interesa poco o nada lo que el Papa pueda decir sobre como vivir. Me interesa más, desde el punto de vista intelectual, lo que el Papa escribe pues, al contrario de lo que el populacho repite como un mantra, este y no el anterior es un Papa intelectual, formado y abierto. Pero claro, para eso hay que leer alguno de sus libros y no repetir soflamas aprendidas.En otro orden de cosas, como residente en el centro de Madrid, he sido afectado día y noche tanto por jóvenes católicos con alguna copa de más como por manifestantes laicos con neuronas de menos e, igualmente, por el ya clásico helicóptero policial que debe ser la manera de contribuir al ahorro público de los que protestan por los costes de la visita.Por tanto, tengo motivos para quejarme de los niños de Dios. Igual que los tengo para pensar en la hipocresía de la mayoría de católicos. Pero igual, y no más, de lo que pienso de la mayoría de musulmanes, budistas (sí, budistas) o xintoístas. En ese sentido, no oigo a nadie protestar airado por las constantes intervenciones de la religión islámica que, recordemos, además de religión, es minoritaria en cosas como los horarios de piscinas, la exigencia de no ser tratados por médicos mujeres o de que sus hijos sean educados por hombres. Todo ello inconstitucional y muy pernicioso.
Sobre los budistas, hablamos de los monjes que han sometido a dictaduras centenarias a países como Tibet o Birmania, basándose en un derecho divino dado por su perfección y porque, en el fondo es siempre el mismo ser perfecto quien gobierno. Se pueden ver semejanzas con el Vaticano. Pero aquí la dictadura solo acabó por la llegada de otra dictadura de proporciones bestiales que fue la comunista. Y el comunismo asiático, lujoso y contradictorio como ningún otro, debe mucho al budismo. El hecho del individuo importar poco, porque en sí no es sino un eslabón de una larga cadena de reencarnaciones, favorece las conciencias colectivistas lo que es pretty convenient, como dirían los anglos. Aquí enlazo con la importancia de la religión en la articulación social. El individuo como tal y no como parte de un grupo, aunque se inserte en él. El individuo como fuerza motora y factor fundamental de ese grupo. El individuo como corresponsable por las actitudes del grupo y como único responsable de sus actos... Ese es un invento judeo-greco-romano y de sus derivados cristianos y musulmanes. Y nuestra sociedad es la que es por él. No lo olvidemos.Pero estos son debates excesivos para un blog. A lo que voy. Llevamos cuatro días aguantando a púberes con guitarras y demasiada energía vital. Se puede discutir el gasto ocasionado. Pero ahí hay demasiados argumentos para refutar. Desde los ingresos que ocasiona a la imagen, o el gasto que la Iglesia realiza en los comedores sociales y residencias para ancianos, huérfanos o discapacitados que el Estado ha sido incapaz, en treinta y tantos años de democracia, de asumir. Incluso los colegios. No digo que la Iglesia no se beneficie de esto. Digo que si no estuviesen, no habría nadie.Y no, no se puede argumentar que con el dinero que se gasta se podría quitar el hambre en Somalia. Primero porque en Somalia, la Iglesia ya ha estado mucho. Segundo, porque no olvidemos que, siendo un país musulmán (que además de ser otra religión, practica el odio o el desprecio hacia la cristiana desde hace siglos) quizá los petrolíferos países del Golfo Pérsico, Irán el Nuclear o el Reino Santo de Arabia podrían ser los responsables del asunto, para variar.Porque ese argumento es el mismo que podría acabar con las recogidas de fondos o con las ONGs vendiendo su patrimonio para gastar el último duro en dar comida a un pobrecito. Y no es ese el plan. Como excolaborador de ONGs, la cosa no funciona así. Eso es como repartir el dinero del Estado entre todos. Mi idea es que cualquiera que quiera celebrar algo dentro de los límites de la ley, aunque contra ella, puede hacerlo. Bildu ataca la ley, y nada acontece. Incluso la incumple. Pero dentro de la legalidad absoluta, se celebran mundiales, títulos del Madrid o del Alcorcón y nada acontece. Lo mismo si se reuniesen budistas, sindicatos, etc... Y nada hay que reprochar. No recuerdo en la pantomima de Huelga General del año pasado, ninguna contramanifestación por los derechos de los liberados y menos aún, con insultos o comportamiento agresivo. Sí recuerdo múltiples destrozos en mi zona causados por los mismos que auparon al Gobierno a donde está.Es por eso que no entiendo una manifestación convocada con el objetivo del encontronazo, los gritos a los tontos del Papa, "la mochila que he pagado yo" o el "esta plaza es nuestra". Mejor dicho, sí lo entiendo. Entiendo que grupúsculos de iluminados quieren formar una especie de Duma no electa que nos oriente a los demócratas comunes e ignorantes por el camino correcto. El que lleva a su redil.
Al Papa le escucha y obedece quien quiere. A mí, personalmente, poco me importa lo que diga, mientras no me imponga nada. Por el otro lado, una nueva derecha pesadona y pedorra se arroga el derecho a la manutención del Status Quo que les conviene. Nadie critica ni la violencia del insulto, del amedrentamiento, de la intimidación. Ni la de la policía. Sumemos a esto el paro, la crisis, la inflación que va a continuar enloquecida y el otro regalo de la semana, el partido Barcelona-Real Madrid que acabó una vez más, en tangana. Lo curioso es que nadie condena la violencia en sí. En cualquier país civilizado, ambos, AMBOS equipos estarían prohíbidos de tocar una bola en un año. Aquí se buscan culpables y se juega al "tú primero" y al "tú más", para decidir si fue el estilo macarra y de chulo de putas de Mourinho o el marica sibilino de Guardiola quien comenzó el asunto. Pero la violencia policial, de los laicos, de los terroristas, de los futbolistas... empieza a ser usual, un día a día. Porque se le está dando voz a quien en tiempos, fueron los que aplaudían el balanceo del reo en la horca o el gesto tetánico del agarrotado. Todo en nombre de lo que entonces se veía mejor, Dios o la Patria. Hoy cambian de bando, pero son los mismos, gente que grita escupiendo saliva, con los ojos fuera de las órbitas, enrojecidos, furibundos. A ambos lados de la barrera. Y en medio, unos chavales más bien tontitos, más bien inocentes respecto a lo que pasa. Ignorantes? Su problema. Borregos? En el pecado llevan la penitencia.Ahora sumemos todo eso. Ignorancia, violencia, incultura, agresividad, desrespeto, intolerancia. Tenemos un caldo de cultivo para un enfrentamiento civil que puede dejar el 36 en una broma. Muchos pensaréis que he enloquecido. Pero ningún yugoslavo esperaba en el 87 lo que pasó en el 91. Ninguno. Porque las guerras se huelen, no se esperan como quien espera la final de la copa. Porque como decían los geniales Monty Python "Nobody expects the Spanish Inquisition". Nadie espera a la Inquisición Española. Nunca una frase fue tan profética.