Ningún medicamento ha salvado tantas vidas como las vacunas; sus ventajas son relevantes tanto a nivel individual como colectivo, ya que reducen notablemente la presencia de muchas enfermedades. Las vacunaciones masivas han servido para erradicar la viruela y limitar la incidencia de enfermedades graves como la difteria o la poliomielitis en seres humanos y la parvovirosis o el moquillo en animales. Cuando se trata de enfermedades que también afectan al hombre, como la rabia o la leishmaniosis, las vacunas para animales cobran especial interés.
¿ Qué es una vacuna ?
La vacunación se basa en la inoculación en el organismo de una sustancia llamada antígeno, capaz de estimular el sistema inmune de forma específica frente a un agente patógeno ( virus, bacteria, parásito, toxina, etc). El antígeno puede ser el propio agente patógeno muerto ( vacuna de la rabia o Leptospirosis) o vivo pero "atenuado" para que no provoque la enfermedad ( parvovirosis o moquillo). Cuando se usa como antígeno ciertas partes del patógeno que por sí solas no causan la enfermedad, se obtienen las vacunas de subunidades ( leishmaniosis y alguna contra la leucemia felina),
Los antígenos vacunales estimulan una respuestas inmunitaria específica y con memoria; así, si el patógeno infecta al organismo, el sistema inmune lo reconoce de inmediato y lucha mejor contra él para evitar el desarrollo de la enfermedad. En algunas vacunas, especialmente las muertas y las de subunidades, es imprescindible añadir un adyunvante para ponteciar o dirigir las respuestas inmune y obtener el nivel óptimo de protección.
Las vacunas permiten al organismo crear sus propias defensas igual que en condiciones naturales pero con la ventaja de que, en lugar de enfrentarse al agente patógeno, solo se expone a una versión "light" incapaz de provocar la enfermedad ( salvo algunas excepciones como vacunas vivas). El proceso es el mismo, pero la inmunidad frente al patógeno natural suele ser más duradera, mientras que la inmuniad otorgada por las vacunas necesita recuerdos periódicos.
Reacciones adversas de las vacunas.
Todos los medicamentos pueden provocar una serie de reacciones adversas. En el caso de las vacunas, son las siguientes:
- Reacciones alérgicas.
Son individuales e imprevisibles, ya que dependen del sistema inmune de cada animal. Unas veces pueden resultar muy llamativas ( causan la hinchazón del morro o de la cabeza del animal) pero suelen ser benignas y fáciles de tratar. Otras veces puede aparecer urticaria o habones. En raras ocasiones pueden ser graves ( shock anafilático) pero desafortunadamente edoo depende de cada animal. Si esto ocurriera, no se debe volver a utilizar esa vacuna con ese animal.
- Reacciones generales.
Fiebre, apatía, vómitos. diarreas, etc. Se producen con más frecuencia con las vacunas que con otros medicamentos, pero rara vez ponen en peligro la vida del animal. Pueden ser de mayor o menor gravedad y duración, pero normalmente son transitorias y suelen darse más a menudo en animales de pequeño tamaño.
- Reacciones locales leves.
Dolor, inflamación, nódulos, etc. Son más frecuentes e intensas con vacunas que incluyen adyuvantes ( leishmaniosis canina o tetános en humanos), ya que estimulan una fuerte respuesta inmunitaria en lugar de la inyección para conseguir una buena protección. El proceso es reversible y benigno ( muchas veces ni siquiera es visible), aunque puede resultar más llamativo y doloroso en animales pequeños. Las complicaciones de este tipo de reacciones son raras, pero a veces se pueden producir infecciones o abscesos.
- Reacciones locales severas.
En casos excepcionales, la utilización de un medicamento inyectable en un animal hiper reactivo puede provocar una reacción local severa ( úlceras, necrosis, etc).Al igual que en el caso de un shock anafiláctico, se desanconseja volver a administrar una vacuna que haya producido una reacción de este tipo.
- Bajadas de tensión.
Son reacciones que no se producen a causa de la propia vacuna sino como respuesta del animal al miedo, al dolor o al estrés producido durante la vacunación. Recuerdan a los adolescentes y se dan con más frecuencia en animales nerviosos y de pequeño tamaño. Aunque pueden asustar un poco , no son graves y el veterinario sabe muy bien cómo manejarlas.
Cuando se presenta una reacción adversas, se debe poner con contacto con el veterinario para que evlúe e instaure, si fuera necesario, un tratamiento que alivie sus molestias.
Eficacia de las vacunas.
Precauciones.
Generalmente solo se vacunan animales sanos tras una exploración previa completa. solo el veterinario está cualificado para vacunar; él te explicará los pros y los contras si tu mascota padece alguna enfermedad crónica.
Los animales deben estar desparasitados, ya que los parásitos alteran la respuesta inmuniaria y pueden reducir la eficacia de la vacuna, al igual que algunos medicamentos.
Para que las vacunas protejan a tu mascota es necesario completar el protocolo inical de primovacunación y las sucesivas revacunaciones cada vez que le toque.
Cada vacuna es diferente: sigue al pie de la letra las intrucciones que te de tu veterinario.
Fuente: Virbac Salud Animal.