No estaba inspirada para escribir un cuento de hadas.
Poco después, una mañana mis hijas tuvieron una ocurrencia que inspiró el relato titulado La varita mágica, y pasé de no recordar si las hadas existen a pensar que sí.
Es bueno creer en la magia, en las hadas, en Santa Claus y los Reyes Magos.
Es un elixir de juventud.
Por cierto, si vas a la página de ediciones Obelisco, puedes participar en su concurso de cuentos de hadas, para la siguiente agenda. ¡Suerte!Participa en mi página de Facebook y comparte tus historias de éxito.
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