La Vegetariana(:Rata Books) plantea cuestiones muy peliagudas y peligrosas: ¿hasta dónde llega la libertad de un individuo para vivir su vida como le dé la gana? ¿Y si esa persona además es una mujer, sumida en una sociedad controladora como es la coreana? ¿Sómos todo lo libres que nos gusta creernos o a la hora de la verdad siempre hay un poder fáctico que nos limita?
Narrado desde el punto de vista de la protagonista, de su cuñado y de su hermana, cuenta la metamorfosis de espítu de Yeong-hye. Aunque pueda parece el personaje más extremo, también es el que tiene las cosas más claras. Tiene un objetivo claro en la vida y no se separará de él. Sin embargo, el resto de personajes, los aparentemente “normales” viven en zonas grises en las que no saben qué hacer con sus vidas y el brillo de Yeong-hye, con su lucidez, les desquicia a todos. El único que se salva, quizá, es su cuñado pintor, obsesionado con su mancha mongólica, y que también es preso de una idea por la que está dispuesto a sacrificarlo todo.
Es un libro increíblemente brillante, que retrata una sociedad egoísta, acomodada y que no se sale de los cánones establecidos. A los lectores nos gusta situarla en la lejana Corea porque nos hace sentir mejor con nosotros mismos. Pero no nos engañemos, esta sociedad controladora que no deja que el individuo se desarrolle podría ser (y en algunos casos es) la nuestra. Un libro muy extremo que se lee de una sentada y que después nos hace pensar durante mucho tiempo.