Sin embargo a veces te cruzas con algunos destinos que te atraen de tal manera que de alguna forma sientes que acabarás volviendo. Para mí Venecia es uno de esos lugares que ejercen este poder de atracción, y por eso es de los pocos destinos que he vuelto a visitar con el tiempo...
Aunque claro, ¿quién no podría enamorarse de la Reina del Adriático, de la antigua Serenísima, de la ciudad congelada en el tiempo, de la ciudad de los canales?...incluso a muchas ciudades de todo el Mundo en cuanto tienen más de dos canales ya las denominan la "Venecia del norte", la "Venecia asiática", etc.. sabiendo que en realidad Venecia no hay más que una...
Sin embargo, a pesar de su belleza, disfrutar de Venecia no es tarea fácil, y no lo es porque sólo tienen que observar atentamente la foto de arriba...intenten contar las cabezas que sobresalen del puente de Rialto...imposible, y eso que es una foto tomada a finales de abril en día no festivo y sin ser temporada alta...aunque claro siendo la ciudad del mundo que más sufre el turismo de masas, hablar de temporada alta o baja en Venecia no tiene sentido.
El turismo masivo contra el que luchan los venecianos es una maldición para ciudad, su extrema belleza es también la causa de su lenta agonía siendo un claro ejemplo de lo que en economía se denomina "morir de éxito".
Las arterias y sitios emblemáticos de Venecia son tal hervidero de turistas yendo y viniendo a toda prisa de un lugar a otro que hacen que la ciudad sea de todo menos "serenísima"...y lo peor es que no tengo derecho a quejarme, al fin y al cabo yo también soy uno de esos turistas en una ciudad a rebosar y no precisamente por el "aqua alta".
Pero mientra los venecianos encuentran una solución, por favor que no sean los tornos que ví instalar en mi última visita, lo único que podemos hacer es evitar en la medida de lo posible a las masas, y quizás el mejor sitio para lograrlo es paseando tranquilamente por el humilde barrio de Cannaregio...
Cannaregio es uno de los seis sestiere (distritos/barrios) que integran Venecia. Está situado al noroeste de la ciudad y es en el que viven la mayor parte de los venecianos que han ido abandonando poco a poco otros sestiere huyendo de la nueva "plaga" veneciana, mucho más interesada en otros lugares como Rialto, San Marco o Dorsoduro que concentran los mayores atractivos turísticos.
Sin embargo Cannaregio esconde muchos secretos y curiosidades que merecen la pena descubrir mientras pasean a su aire por este barrio y aquí les traigo algunas de ellas. No voy a trazar una ruta concreta, en Venecia lo mejor es perderse, de hecho perderse lo tiene garantizado, pero les dejaré al final del post un mapa con los lugares referidos en la entrada.
Y el primero de estos lugares a destacar de Cannaregio es el Gueto de Venecia
Venecia siempre acogió a multitudes de comunidades extranjeras desde prácticamente sus inicios, en este sentido los judíos fueron una de las comunidades más numerosa de la ciudad y las autoridades políticas y religiosas no tardaron mucho en pensar una forma de controlar a esta creciente población.
Así en el siglo XVI la ciudad decidió "controlar" a los judíos en una isla situada en centro del barrio de Cannaregio que solamente era accesible por dos puentes, de forma que por la noche podían cerrar sólo dos portones dejando aislado este barrio del resto de la ciudad con suma facilidad.
Todavía hoy en día se pueden observar los agujero donde iban colocados los goznes de los portones que se cerraban durante la noche...
En esta isla, que hoy en día es accesible por tres puentes en vez de dos, estaban situadas las antiguas fundiciones o "getto" en veneciano. Para vergüenza de la ciudad este fue el primer gueto de la historia que podría nombre a todos los demás y ya sabemos lo que significaría, porque si bien en aquel tiempo no se podrían imaginarían los horribles acontecimientos futuros, una cosa es controlar y otra asesinar, lo cierto es que la discriminaciones impuestas termina siempre en odio, confrontación y finalmente en muerte.
A pesar de todo, los judíos venecianos lograron prosperar pero como el espacio estaba limitado tuvieron que crecer hacia arriba apareciendo así los primeros "rascacielos" de la ciudad...
Viendo el problema, Venecia permitió poco a poco ampliar la zona del gueto y de este modo el barrio judío sobrepasó las pequeña "isla" del gueto nuovo. Finalmente el gobierno veneciano les permitió residir en toda la ciudad pero eso sí, las sinagogas se limitarían a este barrio donde hoy podemos encontrar hasta 5 sinagoga siendo la mas grande y bella la Schola Española del 1.555,la cual se puede visitar durante las celebraciones.
Dejando ya el Barrio Judío, otro de los atractivos de Cannaregio es que cuenta con algunos de los puentes más peculiares de la ciudad.
Venecia cuenta con más de 350 puentes que ayudan a salvar las más de 110 islas que conforman la ciudad, pues bien, de entre todos ellos el más famoso es el puente de Rialto que preside esta entrada, pero en Cannaregio encontramos algunos únicos, como por ejemplo el último puente sin balaustrada de Venecia del que ya os hablé en este otro post, pero también debemos destacar el Ponte delle Guglie
Lo que hace especial este puente es que es el único de la ciudad que tiene eso cuatro pináculos en los extremos. En italiano guglie significa aguja por lo que el nombre español sería el puente de las agujas precisamente por esos adornos.
Y por supuesto no podemos olvidar el puente más conocido de Cannaregio, el Ponte dei tres Archi, el puente de los tres arcos..
Este puente es el más grande de Venecia, si descontamos los cuatro situado en el Gran Canal, y su forma actual data del año 1688 aunque ha sido reformado en varias ocasiones desde entonces.
Lo que hace especial a este puente es precisamente lo que le da el nombre, los tres arcos, ya que es el único de esta clase en la ciudad. Antiguamente existieron otros puentes de tres arcos en Venecia, pero fueron reemplazados ya que los tres arcos recortan el espacio para el paso de las embarcaciones y se optó por la practicidad en detrimento de la elegancia.
Tanto el puente de los tres arcos como el de las agujas situados sobre el Canal de Cannaregio y precisamente esté ultimo puente está muy cerquita de la siguiente curiosidad que les quiero contar en el Campo San Geremía
Este campo, muy transitado, es uno de los más grandes de Cannaregio y el motivo por el que le incluyo en el post es por que es de los pocos lugares de Venecia donde podrán encontrar no uno ni dos.. sino hasta cuatro pozos venecianos.
No obstante, antes de hablaros de los pozos venecianos os contaré una curiosa leyenda acerca del Palazzo Labia que es el que pueden ver al fondo de la foto. Cuentan que Paolo Antonio Labia organizaba unas lujosas fiestas en su espectacular palacio que solía finalizar sirviendo la cena en platos de oros macizos que, para asombro de los comensales, arrojaba al Canal de Cannaregio después de la comilona, presumiendo así de riquezas sin limites. Sin embargo lo que no sabían sus invitados es que en el Canal estaban aguardando algunos criados para recoger con redes toda la vajilla voladora, por que al fin y al cabo, para presumir hay que sufrir...pero sin pasarnos.
Pero volviendo a los pozos venecianos, resulta muy curioso saber que Venecia, la ciudad sobre el agua, tuvo un gran problema de abastecimiento a medida que su población crecía. Como dijo un famoso historiador italiano, "Venecia está en el agua, pero no tiene agua" ya que el agua que la rodea es salobre y no apta para el consumo humano (y menos si tenemos en cuenta que el desagüe de las casas acaba directamente en los canales).
Así pues, para solucionar el problema decidieron construir numerosos pozos por toda la ciudad (llegaron a ser más de 6.000 pozos) con un ingenioso sistema para filtrar el agua de lluvia y permitir su consumo. Básicamente construían un enorme embudo de arcilla en el suelo que aislaban completamente para evitar filtraciones del agua salada, una vez sellado lo rellenaban de arena para que actuara como filtro natural e instalaban alcantarillas de piedra para dejar pasar el agua de lluvia. Finalmente el agua filtrada se acumulaba en una cisterna que era recogida con cubos desde lo alto del pozo...
Los pozos en su mayoría eran público y se solía construir uno en cada isla, pero si el campo era excepcionalmente grande se podía construir más para abastecer a los habitantes del mismo como es el caso del Campo San Geremía. Por otro lado sólo los ricos podían disponer de un pozo de uso privado, lo cual era un claro signo de distinción social.
A finales del XIX la ciudad supero por fin este problema al conseguir suministro de agua potable y se destruyeron la mayoría de los pozos, ya inservibles, dejando sólo los más bonitos e importantes, aunque eso sí, cegados para evitar desgracias
Si se fijan en su deambular por la ciudad, podrán ver las rejillas de piedra usadas para filtrar el agua de lluvia...
Observen también que el suelo alrededor del pozo en muchas ocasiones no es plano, sino que está abombado para favorecer así la filtración de la mayor cantidad de agua posible y además evitar los incómodos charcos.
Otro detalle que suelen tener la mayoría de los pozos es una especie de cuenco labrado en el suelo del mismo...
Aunque no he podido averiguar exactamente para qué servía, entiendo que su objetivo era llenarlo de agua para que pudieran beber ahí los animales, en especial los gatos venecianos y así evitar darlos de beber directamente del cubo, cosa que estaba, como es normal, estaba estrictamente prohibido.
Hablando de gatos, en Venecia estos animales son realmente querido y probablemente en su paseo por Cannaregio se cruce con más de un minino. No sólo forman parte del paisaje de la ciudad, sino que incluso hay una célebre máscara veneciana que los honra...
El motivo de tanta adoración felina es porque los gatos fueron los grandes salvadores de Venecia. Veréis, en el siglo XIV los barcos proveniente de Oriente trajeron grandes riquezas a la República pero también llevaron consigo la propia muerte ya que ocultas en la bodegas llegaron las ratas asiáticas y con ella la peste...
Venecia fue una de las ciudades europeas que más sufrió la temida enfermedad y su población quedó diezmada, basta decir que antes de la peste había en la ciudad 18 médicos pero hacia el 1348 sólo quedaba uno, los demás o murieron o huyeron y en gran medida fue culpa de las ratas..
Lo cierto es que, aunque no las vean, las ratas siguen estando muy presente en la ciudad, de hecho se ha calculado que hay cinco ratas por cada habitante, y precisamente por que queramos o no ellas también forman parte de la ciudad, hasta cuentan incluso con un grafiti anónimo situado en una columna al final de la calle del Traghetto vecchio en Cannaregio...
Encima de la rata hay una fecha en números romanos que pone 1.644 por lo que nuestra amiga peluda puede llevar aquí unos 375 años, aunque para seros sincero, no es para nada un mal sitio para pasar la eternidad ya que este pequeño rincón suele ser bastante tranquilo y desde aquí hay una bella vista del Gran Canal y de algunos de sus palacios más bonitos como Ca´ Pesaro o Ca´Favretto.
Una vez hayan disfrutado de las vistas sobre el Gran Canal y los palacios, alcen la vista hasta los techos venecianos para descubrir más secretos de la ciudad (no sólo de Cannaregio)...
...como por ejemplo las típicas chimeneas venecianas con su peculiar forma de embudo o sus también típicas terrazas conocidas como altanas.
Una teoría que explica la forma de la chimeneas nos cuenta que aunque Venecia está rodeada de agua, durante la edad medida cuando la mayoría de las casas eran de madera, un incendio podía ser tan devastador aquí como en cualquier otra ciudad, de hecho el propio Palacio del Dux o la primera iglesia de San Marco fueron presas de las llamas en alguna ocasión. Por ello, la forma de embudo pretende evitar que las brasas ardiente de las chimeneas saliesen volando con el consiguiente riesgo de incendio.
Respecto a las altanas son antiguas estructuras que los venecianos utilizaban para tareas tales como tender la ropa lo más alejado posible de la humedad del canal o como punto de radio patio para cotillear lo que sucedía en la ciudad. Teniendo en cuenta que las diversas islas venecianas cuentan con un espacio reducido, los venecianos se vieron obligado a buscar algo de luz, calor y ventilación en unas casas por lo general muy húmedas y demasiado pegadas las unas a las otras, por lo que las altanas se convirtieron rápidamente en un recurso muy popular que se ha mantenido hasta nuestros días.
Centrándonos ya de nuevo en Cannaregio, es probable que les llame la atención una de las iglesias más peculiares de la ciudad, la Iglesia de María Magdalena.
Probablemente no podrán visitar su interior, ya que no suele estar abierta, pero su forma circular y sobre todo el ojo del triángulo situado encima de la puerta no pasa desapercibido.
Justo debajo del ojo se puede leer en latín las siguientes palabras, "la sabiduría se ha edificado a sí misma", una frase casi científica de lo más curiosas para estar en una Iglesia católica
Aunque el ojo del triángulo es un símbolo cristiano ( y de otras muchas culturas anteriores y posteriores) muchos creen que la iglesia construida por Tommaso Temanza en 1790 tiene claros rastros masónicos.
Sea como sea, esta peculiar iglesia fue la última construcción religiosa de la Serenísima antes de perder su independencia, por lo que de una forma u otra estamos ante una iglesia especial.
Muy cerca de esta iglesia tenemos otro pequeño secreto de Cannaregio, el puente de Santa Fosca, un puente destinado a la lucha.
Mucha gente conoce el famoso Puente dei Pugni (puente del puño) situado en el sestiere de Dorsoduro. La fama de este puente se debe a que durante años dos familias rivales, los Castellani y los Nicolotti se retaban sobre este puente a puñetazos, saliendo victoriosos el que lograba tirar a las fétidas aguas del canal a su rival y plantar su bandera en el centro del puente. Hoy en día todavía son visibles las huellas llamadas sampe en el puente donde se situaban los rivales antes de la cruel batalla.
Pues bien, en Cannaregio también existe un puente similar, aunque mucho menos conocido, pero que también cuenta con las huellas para señalar la posición de los contrincantes de ambas facciones.
Curiosamente, el gobierno lejos de impedir estas luchas incluso las fomentaba en plan fiesta popular por varios motivos, el primero de ellos era el de poder contar siempre con hombres entrenados para la lucha cuerpo a cuerpo, además las batallas hacían que los ciudadanos más sangrientos y agresivos se desahogaran en luchas programadas impidiendo así alterar el orden público...vamos igual que en la película La Purga....vivir para ver¡¡
Por supuesto la cosa se les acabaría yendo de las manos y en 1705 ambas facciones se olvidaron de los puños y se enfrentaron directamente con cuchillos, provocando con ello un baño de sangre y la prohibición definitiva del dantesco espectáculo.
Por suerte hoy en día la cosa está mucho mas tranquila, así que acompáñenme hasta la cercana Fondamenta Misericordia para picar algo a orillas de un canal del barrio.
Esta fondamenta cuenta con varios restaurantes y bares que no están mal relación calidad precio siempre teniendo en cuenta que Venecia es una ciudad bastante cara y donde existen lugares que es mejor evitar a toda costa, seguro que recuerdan la estafa de 1.143 euros que la Osteria de Luca cobró a cuatro estudiantes japoneses que osaron sentarse en su mesa y pedir una comida normalita.
Por suerte no todos los empresarios locales buscan timar a los turistas y se puede comer bien sin arruinarse en Venecia. Nosotros decidimos tapear algo a la orilla del canal en Il Paradiso Perduto y pasamos un rato muy agradable bebiendo, como no podría ser de otro modo, el típico Spritz
El spritz es un vermut a base de vino blancos, agua con gas y campari, aperol o cynar y servido muy frio con una aceituna o rodaja de naranja. Es una bebida muy apreciada por jóvenes y mayores y personalmente está muy buena, seguro que no tardaran en ver a alguno tomando la bebida naranja.
Cada local suele aportar su granito de arena a la hora de elaborar un buen Spritz, así que no se corten y prueben en varios lugares distintos, aunque tengan cuidado sino quieren acabar dándose un chapuzón involuntario.
En fin, con este buen sabor de boca, el del spritz no el del chapuzón, me despido hasta la próxima
Arriverdeci....
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