..."Una ideología de izquierda que vendría a revindicar aquella “venganza inconclusa” de la agrupación montonera, que habían decidido tomar las armas y pasar a la clandestinidad"
Así llamo Perón a los montoneros en la plaza de los trabajadores aquel memorable 1º de Mayo de 1974 donde tuvo la mala fortuna de “insultarlos” públicamente por no estar de acuerdo con la línea ideológica de izquierda que ellos pretendían imponer, pese a que su “líder” desde el exilio, había instado a esa organización a que se armase con el propósito de liberar al pueblo de los regimenes militares. Con la excusa que esa avanzada debía efectuarse “por las buenas o por las malas”, Perón sostenía que cuando se recurría a las armas en defensa de los derechos populares, no se lo consideraba un acto de violencia sino de justicia. Fue entonces que haciéndose eco de estas palabras, la agrupación Montoneros hace su aparición publica en Junio de 1970 adjudicándose el secuestro y posterior asesinato de uno de los impulsores del derrocamiento de Perón en 1955: el General Pedro Eugenio Aramburu. Fue así que tras la aparición de su cadáver se dio comienzo a una larga etapa oscura en la historia argentina. El “mensaje” que esta agrupación había enviado a las FF.AA era que el terror se instalaría en la sociedad si no lograban el objetivo del regreso de su líder indiscutido para terminar con más de 20 años de lucha desde su abandono del poder por un golpe militar. Pero a partir de este famoso discurso, la historia iba a tomar otros caminos que no convergían justamente en la ansiada unión nacional. La agrupación montonera pasaba a la clandestinidad convirtiéndose en un movimiento subversivo que desataría una escalda bélica nunca antes vivida en el país…
"José López Rega -conocido como el “brujo”, había fundando la famosa triple “A” durante el gobierno de Héctor Campora"
El peronismo esta plagado de historias de encuentros y desencuentros; de luchas internas y externas pero siempre pudo sobrevivir a los avatares políticos y sociales desde que fue concebido. Supo fagocitarse a si mismo y provocarse el “vomito” que de la nada lo reconstruya nuevamente para resurgir con mas fuerza y determinación, convencido de que siempre será la única alternativa viable que gobierne nuestro país, porque aun persiste en el inconciente colectivo la imagen del pasado, de un peronismo glorioso y triunfante que supo conquistar a las grandes masas del pueblo. Así fue utilizado por Carlos Menem para poner en práctica su famosa “revolución productiva” que permitió el desmantelamiento pleno del estado bobo, transfiriendo empresas de servicios al sector privado. De la patria estatista pasabamos a la patria privatista donde de repente nos encontrábamos insertos en el maravilloso primer mundo, con una economía sin inflación, donde llovían los dólares que venían a hacer sus negocios comprando empresas obsoletas del estado que luego permitiera girar sus jugosas ganancias afuera. El fue el maestro impulsor de cómo generar grandes negociados desde el estado con la corporación empresaria cipaya argentina. Esto los Kirchner lo entendieron como un gran objetivo a alcanzar una vez que llegaran a la Rosada, ya que venían haciendo lo mismo pero en menor escala, en la provincia de Santa Cruz.
Enarbolando la bandera de la lucha por los derechos humanos, el juicio a los genocidas militares y la instauración de un modelo económico nacional y popular de matriz diversificada, los Kirchner defensores ideológicos acérrimos de la otrora lucha armada montonera, desarrollaron un “Plan” estratégico de transferencias de recursos con características jamás pensadas en un gobierno popular, que se auto proclamo siempre en defensa de los intereses de los mas desposeídos, y que además busco abroquelar a las grandes agrupaciones sindicales como estrategia de control del contexto social y la calle, territorio indelegable para las manifestaciones de apoyo a su gestión. La estrategia de instalarse en la casa Rosa con “fachada de gobierno”, no hizo mas que posibilitar la ejecución de grandes negociados donde todos los actores del mundo económico, financiero, social, intelectual, político y hasta sindical han participado en mayor o menor medida de esta asociación ilícita llamada los Kirchner S.A., cuyo objetivo fue establecer una “oficina” central que agrupara a los principales intereses económicos afines a su gobierno. Esta matriz de negocios mal habidos desarrollada y potenciada desde la mas alta magistratura del país, hizo que la fortuna del matrimonio creciera de manera exponencial al lado de la de sus amistades mas intimas con las que juntos armaron una red de emprendimientos de todo tipo: inmobiliario, financiero, minero, petrolero, hasta extender la red con los países de Ecuador y Venezuela, que conforman el eje ideológico mas solidó y de ayuda mutua en la región.
Los “K” también utilizaron los símbolos peronistas y su doctrina para instalarse en la sociedad argentina, envalentonados por una ideología de izquierda que vendría a revindicar aquella “venganza inconclusa” de la agrupación montonera, que habían decidido tomar las armas y pasar a la clandestinidad a partir del escarnio publico, aquel fatídico 1º de mayo de 1974. Con la creación de “La Campora”, Kirchner busco canalizar esa ideología dándole un espacio a jóvenes universitarios de origen clase media y alta, tal como estaba compuesto en su momento, aquel movimiento de los setenta. Con astucia y perseverancia fue instalando la idea de que la historia del país había comenzado en mayo del 2003, construido desde un relato retrogrado setentista pero aggiornado con la aplicación de políticas populistas que lograron someter a una gran parte del pueblo argentino a que dependa de la limosna del estado, a cambio de que den sus votos para asegurarles perpetuidad en el poder. La mentira “K” ha logrado subsistir por más de nueve años a pesar de la desaparición física de Néstor Kirchner, pero hoy se presenta el problema de la continuidad del régimen que al no poderse –por ahora- reformar la constitución, comenzaron los pases de facturas desplegándose una interna feroz dentro del gobierno, que arrastra también a figuras fuera del oficialismo.
La presidente que ya muchas luces no muestra tener con sus discursos pueriles, profundiza esta crisis entre sus allegados, los que temen que ante la imposibilidad de ser reelegida, les espere una larga caminata por los pasillos de Comodoro Py rindiendo cuentas de sus gestiones. Mientras tanto el gobierno sigue insistiendo con temas fuera de la agenda de interés de la gente. Esta manía oficialista de negar la realidad y no ponerse a trabajar en los temas mas profundos e importantes, ha provocado que la ofuscación y hartazo se apoderara de nuestra sociedad quien ya propuso una cuarta marcha para el día 19 de diciembre; una fecha simbólica que nos retrotrae once años donde la misma sociedad con un reclamo de origen puntualmente económico, hizo tronar el escarmiento llevándose puesto la administración de un gobierno que también estuvo alejado de los verdaderos intereses populares. La historia nos muestra que la misma situación se produce en escenarios sociales similares donde flota un malestar de indignidad colectiva, que pone en la vidriera del país el contraste entre un gobierno y sus “amigos” sutilmente enriquecidos gracias a las bondades del “modelo” y a una sociedad que no logra explicarse fehacientemente como se llego a esta situación socio-económica, después de haber crecido durante nueve años a tasas chinas. La ecuación no cierra por donde se la mire. El relato ya no convence ni siquiera a los mas desprotegidos. El modelo esta prácticamente hundido y todos otra vez este miércoles se convocaran en la misma plaza donde tantas veces la sociedad fue en busca de una respuesta sincera y que todavía no logra encontrar. Tal vez esa respuesta que venimos reclamando a algún líder o caudillo desde hace mas de sesenta años, debiéramos buscarla en nosotros mismos en algún lugar recóndito de nuestras mentes y espíritus