El mercado de la venta de coches habajado, y los empresarios están que trinan. Todavía no se han enterado de que nopodemos estar cambiando de coche cada 3 años, y ahora le vienen al Gobierno conque el parque automovilístico español está envejecido y que por eso secontamina tanto en las ciudades. Y, según ellos, la solución pasa por vendermás coches; que el Gobierno prepare otro plan de rescate, supongoque financiándolo con lo que nos van a cobrar en tasas por contaminación a los queno queremos cambiar de coche. Y menos cuando el que compremos no nos va a durar tanto como el que ya tenemos; pero todo sea por salvar la industria del automovil (alemana y francesa -¿les suena de algo?-).
O sea, que quienes fabrican coches con una durabilidad cada vez más corta,pretenden que si no entro por su aro y cambio de coche cada 3 años, sufrague lacompra de quien sí lo quiere hacer. Como si no pagásemos ya impuestos revolucionariospor el consumo de la gasolina -al menos, es un impuesto ajustado al uso que sehace del vehículo, y por tanto a la contaminación que cada uno emite-. En lugarde subvencionar, por ejemplo, la compra de bicicletas, que tantas consultas devarices y trastornos circulatorios reduciría de la Sanidad Pública. Tampocorecuerdan el informe de hace un año en el que otro informe reconocía un ascensoen las ventas del turismo de lujo de más del 20%. Esta gente no tiene otra cosaque hacer que calentar al personal, que bastante jodido está ya con no poderreparar el coche que le vendieron hace un par de años, y soliviantar alGobierno con otra amenaza más de las multinacionales del sector: "mira, quete juegas que me lleve la Renault de Valladolid a Francia, y la Volkswagen deManresa a Alemania". Una vergüenza y otra prueba más de en qué manosestamos.