La Venta del Alma
A la Venta llegó un tarde el Alma. La de ella la de su madre y la de él A la venta llegó una tarde Y un filete de carne pidió para mí
De todo nada te diría, solo verte Sin arruinar nada, verte sin qué decir Buscar entre las señales las vías de los trenes Recorrer contigo la ciudad en calma
Envuelto todo en un papel… atémoslo En un cartucho de periódico caliente Y que las manchas borren los sucesos
Habrá de seguro un lugar fresco adonde… Como si no nos debiéramos nada Guardar “mis huesos que son para ti”
© f. Buendía