La Venus de Cnido: Partiendo de la Mitología

Publicado el 23 agosto 2019 por Carlosgu82

La mitología griega está nutrida por una gran cultura independiente, intelectual y organizada, capaz de explorar el pensamiento con la intención de responder las preguntas esenciales de la vida misma. Y fueron estos estudios filosóficos apoyados por los mitos y leyendas de dioses y semidioses que escucharon desde su infancia los que forjaron sus creencias, tradiciones, y por ende, sus comportamientos en todos los aspectos de la cotidianeidad, como por ejemplo: la política (entre esto el poder de liderazgo sobre los demás tomando como patrón al dios Zeus), el arte de la guerra (donde obviamente influye Ares, el dios de la guerra), la navegación y el comercio a través del mar (adoraban a Poseidón el dios del mar para que este bendijera el rumbo de la nave y para no despertar su ira sobre ellos), e incluso el resultado de la vida después de la muerte por lo cual muchos guardaban un alto respeto al honor de cada quien siempre y cuando se lo mereciera; la fertilidad y la sexualidad, entonces, le correspondería a la diosa más hermosa del Olimpo…

Está claro que la libertad sexual de los dioses tuvo una gran influencia dentro de los griegos, así como el libertinaje y la infidelidad de estos mismos. Sin embargo, existe un punto clave en este tema que en escasas ocasiones hemos escuchado nombrar: la gran cantidad de incestos que podía notarse a simple vista entre ellos (así como es el caso de las posesiones a la fuerza), pues sabemos muy bien que tanto el dios Zeus y como la diosa Hera eran hijos de Cronos y a pesar de eso eran marido y mujer; otro ejemplo parecido es el caso de los amoríos de Afrodita con su hermano Ares, mientras que le era infiel a su esposo Hefestos (quien extrañamente también era su hermano, pues había ganado su mano en matrimonio después de haber sido desterrado del Olimpo injustamente). No obstante, no sabemos hasta qué punto el incesto era bien visto por los griegos, sólo tenemos algunos ejemplos que podrían asemejarse como es el caso de Aquiles y su primo Patroclo quienes conservaban una relación familiar muy estrecha con un ligero índole sexual.

Por otro lado, la infidelidad de Afrodita permanece muy marcada dentro de la mitología griega al tener como amante a su hermano Ares, a Hermes, a Paris, a Adonis, a Anquises y a cualquiera que simplemente ella desease y pudiera doblegar con su extrema belleza, cosa que se estableció como uno de sus atributos esenciales y la manera más sencilla de reconocerla. Por esa razón la infidelidad en los griegos tenía otro color, como es el caso de la esposa de Odiseo (Penélope) a quien se le atribuye el nacimiento de Pan junto con sus pretendientes en Ítaca durante la guerra de Troya.

Todas estas características dentro del comportamiento de la diosa se deben a su origen mitológico, pues se creía en la Isla de Chipre que había nacido de la combinación entre la sangre (o el semen) del escroto mutilado de Urano con la espuma de las costas de Pafos, Chipre, lo que dio como resultado a una mujer increíblemente hermosa conocida como Afrodita. Otra teoría directamente de Homero afirma que la diosa es hija de Zeus con Dione, una deidad que se creía era la pareja del dios antes de la llegada de Hera.

Sin importar cuál de las dos es la “real” ambas fueron consideradas por los griegos, a pesar de ser la primera la más representativa de la diosa por la cual muchos artistas de la época se inspiraron para hacer de ella una realidad a través de sus creaciones como es el caso de Praxíteles y su Venus de Cnido. Incluso en el renacimiento, como es el caso del pintor Botticelli que la idealizó y la pasmó en uno de sus cuadros lo que hasta nuestros días ha popularizado a la diosa. Incluso la pintura reapareció en una serie televisiva (así como en algunas películas o publicaciones por las redes sociales) muy popular en nuestros días: “The Simpsons”, usando su imagen como símbolo de la atracción física.

Ahora bien, está claro que el signo de la atracción física es uno de sus atributos al nacer siendo adulta y sin pasar por la infancia o la pubertad, sin embargo, no es el único que la diosa puede representar pues sabemos muy bien que Afrodita es la diosa del amor carnal (mientras que Eros –su hijo- es el dios del amor correspondido), la lujuria, el deseo (tanto el natural como el impuro), la sexualidad (o el sexo), la infidelidad, la promiscuidad, el erotismo, la sensualidad, y la belleza en su máxima expresión, pero ¿cuánto de esto quería (o podría) representar la Venus de Cnido?

Ya hemos explorado dentro de la mitología griega su propio origen y el de sus atributos de modo que pudiéramos entender las razones por las cuales sus representaciones, y su comportamiento dentro de los mitos, están sujetos a lo mencionado en el párrafo anterior, pero ahora es momento de buscar dentro de la obra de Praxíteles todo lo que ya hemos mencionado:

El simple hecho de que en la obra la diosa esté desnuda, ya representa muchas cosas, no sólo por el contexto histórico que ocasionó cierta polémica para ese entonces. De hecho el autor esculpió (según los registros) dos de ellas, una vestida y otra desnuda, por la perspectiva que se tenía al respecto, algo que con el tiempo y por el resultado obtenido de la obra, fue cambiando al punto de ser totalmente aprobado y repetido.

Volviendo al caso, la desnudez es un símbolo con sentido ambivalente, pues por un lado eleva hacia las puras cimas de la mera belleza física y, por platónica analogía, hacia la comprensión e identificación de la belleza moral y espiritual, mientras que por otro se muestra como la pérdida del lastre humano de atracción irracional arraigada a lo más profundo e insensible de lo intelectual. Es decir que la desnudez tiene un signo doble y ambiguo: la belleza pura y moral en su máxima expresión y el deseo irrazonable del ser, así como la vulnerabilidad y el despojo de toda seguridad.

Por consecuencia Praxíteles nos muestra a una Afrodita vulnerable y desprotegida en su totalidad, tomada por sorpresa, de modo que expresa su belleza más pura y natural (que realmente era su objetivo principal) pues no hay diosa más bella que ésta, por ello no había otra forma de representarla que en su estado más puro.

Inclusive, varios siglos después, algunos artistas consideraron la desnudez de la diosa y de la mujer (después de que Praxíteles fuera el primero) para representar el mismo hecho (–la belleza- cosa que se puede apreciar en un fragmento de la pintura “El nacimiento de Venus” de William-Adolphe Bouguereau -Figura C- donde también se ve personificada su origen mitológico) ya que es la manera más pura, natural y significativa de representarla, algo que se replicó y repitió una y otra vez por toda la historia.

Ahora bien, es probable que el hecho de que su mano le cubra la zona púbica tenga un símbolo más amplio que la mera vergüenza o el simple cubrimiento de su área más vulnerable y privada, pues la mano en el idioma egipcio se relaciona con el pilar, el soporte o la fuerza, mientras que en el sistema jeroglífico significa el principio manifestado, la acción, la donación, la labor; Entonces, la ubicación de la mano en esa zona especifica se puede traducir como el soporte o el pilar que sostiene su vulnerabilidad, así como también puede representar a la fertilidad, por ser el principio de algo, la donación o la acción laboriosa de engendrar o dar a luz una vida nueva.

Sabemos muy bien que a la diosa se le atribuye el don de la fertilidad como uno de sus grandes atributos y dentro de sus registros aparece como la madre de varias deidades, entre ellas: Harmonía, Deimos, Fobos, Eros (algunos dicen que éste fue concebido con su esposo Hefestos) y Príapo concebidos por la diosa con su amante Ares; Eneas y Liro con Anquises; Erix con Butes, y Hermafrodito con Hermes; mientras que unos pocos creen que también era madre de las Gracias e Himeneo con Dionisos, algo de lo que no se está totalmente seguro.

Todo esto solo para hacer mención a su gran capacidad de fertilidad y para darle más peso al argumento que asegura que la mano ubicada en la zona púbica de la diosa en la obra de Praxíteles la “Venus de Cnido” (Figura B) es precisamente un signo de su fecundidad.

Queda claro, entonces, que el autor usó dentro de su obra dos de los más grandes atributos de la diosa: la belleza (al representarla desnuda) y la fertilidad (al poner su mano en la zona púbica –aunque algunos creen que no es esa la ubicación original-), algo de lo que también analizamos su origen a través de la mitología griega. Pero ¿Qué hay de la prenda y la hidria que se ubican a su lado?

Pues bien, así como funcionó como soporte de la misma para mantenerse de pie también tiene cierto simbolismo: en la Figura D se puede ver claramente cómo la diosa sostiene con su mano izquierda las vestiduras que antes le cubrían el cuerpo mientras que ésta cae sobre una hidria griega, entretanto y como ya habíamos expuesto su mano derecha le cubre la zona púbica.

Se podría considerar a cierto punto que no es algo que se haya hecho desde un principio con fines simbólicos, sin embargo, se ha considerado en múltiples culturas la mano derecha (o la derecha como dirección) como el lado del bien, mientras que la mano izquierda (o la dirección hacia la izquierda) como el lado del mal o del mal camino. La cultura judía, o hebrea, siempre ha considerado este hecho como cierto y se ha visto nombrar en la biblia en varias ocasiones, entre ellas cuando Jesús menciona en su juicio frente a los sumos sacerdotes que lo verán sentado a la derecha del padre en el reino de los cielos.

Precisamente, la mano derecha de la Venus de Cnido conserva el bien, lo sagrado, que no es otra cosa que su fertilidad y su vulnerabilidad, mientras que su mano izquierda sostiene sus vestiduras, lo que podría considerarse como lo malo, aquello que ella iba a desechar una vez que se realizara el baño de purificación al que se iba a someter. Dichas telas representan entonces el mal que a ella la cubrían y al quitárselas podría significar un despojo.

Ahora bien, si la tela descansa sobre una hidria (como se puede observar en la Figura D) significa que la tela también será protagonista de un propio proceso de purificación, ya que la hidria griega era usada principalmente para contener agua a modo de cántaro, y como ya es de nuestro conocimiento el líquido es símbolo de pureza y vida.

La Venus de Cnido puede considerarse, entonces, como una muestra de la belleza al desnudo, la belleza purificada, y como la purificación de la hermosura; por ello, aunque algunos en un principio no pudieron entender el significado de la desnudez en la obra, la ciudad de Cnido se asombró tanto con la obra de Praxíteles que la adoptó como suya, conservándola en el templo y dejándola libre a toda expectación…