La verdad duele

Publicado el 23 enero 2016 por Lo Que El Cine Se Llevó @elcinesellevo

The big short es de esas películas que cuando termina te deja noqueado en la butaca. Sabemos que el desplome financiero fue una catástrofe, pero la forma en la que Adam McKay narra los hechos es escalofriante.

McKay propone un estilo muy arriesgado. Panea la cámara de un lado a otro, hace zooms bruscos a los personajes, trastea con el foco y sus personajes miran a cámara en varias ocasiones. Todo ello le imprime a la película un estilo de falso documental (recuerden Modern Family) que al principio descoloca un poco, pero que acaba atrapándote porque encaja a la perfección con el trasfondo de la historia.

El ritmo del montaje en ocasiones es frenético, hay muchos tecnicismos (brillante la idea de utilizar a personajes famosos para explicarlos) pero el grueso de la historia queda claro (por desgracia). Uno de los grandes aciertos es contar la historia desde los diferentes puntos de vistas de los personajes y su montaje en paralelo. Otro acierto es introducir algunos gags en la historia. Es un tema serio, muy serio, pero la ironía en algunos momentos resulta irresistible.

Aunque sin duda, lo mejor del film es la contundencia de los hechos. Ya de por sí es una historial cruel e imposible de creer (la conferencia en la que caen las acciones de Bear es el mejor ejemplo), pero conocer los detalles y poner rostro a quienes se aprovechaban de ello y a quienes lo sufrían, y sobre todo, ver como unos pocos “chiflados” apostaban contra la economía nacional, te hace replantearte en qué clase de mundo vivimos.

El reparto es muy conocido y da credibilidad a la historia. Brad Pitt se reserva un papel hecho a su medida (por algo es uno de los productores), Christian Bale (una vez más) es el excéntrico del relato y la chispa de Ryan Gosling es perfecta para el rol de chico joven sediento de dinero. Pero el que hipnotiza es Steve Carell. Un actor acostumbrado a papeles cómicos pero que vuelve a sorprender con otro personaje tan distinto. No me entra en la cabeza que no esté entre los nominados a mejor actor de reparto. La conversación sobre los CDO con el personaje de rasgos orientales habla por sí sola.

Conclusión: The big short es darse de bruces con la realidad. McKay construye un minucioso y aterrador relato del hundimiento de un sistema en el que los perdedores y los culpables son los de siempre. Y lo hace mirándote a la cara.