Una portada y un título que, por sí solos, llaman la atención. Un autor al que se conoce por estar especializado en seguir y hacer información sobre los sucesos más mediáticos, entre otros, ocurridos en nuestro país en los últimos años, con lo que seguro que al enfocar una novela goza de un bagaje importante del que echar mano.
Estaba claro queríamos leer esta novela.
EL AUTOR
ARGUMENTO
Guadalupe y Valentín lo tienen todo para ser felices: instalados en su lujosa finca, esperan el nacimiento de su primer bebé. Pero lo que parece un cuento de hadas está a punto de convertirse en una pesadilla.Cuando ella desaparece sin dejar rastro, todas las sospechas se dirigen hacia Valentín. Empezará entonces una frenética investigación en la que las oportunidades de localizar con vida a Guadalupe, diabética y embarazada de ocho meses, se reducen por minutos.
La presión de la opinión pública –él es hijo de un gran torero y ella, una escritora de fama- condicionará todo lo que ocurra a continuación. Mientras los medios presentan a Valentín como un asesino desde el primer momento, la policía luchará por encontrar (o incluso fabricar) pruebas que inculpen al presunto culpable.
MIS IMPRESIONES
Ya desde el principio os voy a adelantar que me ha gustado esta novela, y lo ha hecho por varios motivos; por el caso que nos plantea y por cómo lo hace su autor.Guadalupe es una escritora de éxito que está casada con Valentín, un conocido empresario e hijo de un famoso torero. Ella está embarazada y forman una de esas bonitas parejas que habitualmente salen en el papel cuché.
Una noche salen a cenar pero Guadalupe nunca llega al restaurante donde está hecha la reserva. Todas las pruebas parecen indicar que Valentín tiene mucho que ver en esa desaparición, pero ¿es suficiente?
A partir de ahí Nacho Abad teje una historia en la que pondrá en tela de juicio hasta que punto puede ser veraz una investigación policial, la influencia que pueden tener los medios de comunicación ante un caso mediático y hasta que punto un juicio con un jurado popular puede ser o no, la manera más idónea para juzgar este tipo de casos.
La verdad está equivocada está dividida en tres partes, a cual más interesante.
La primera, en la que se nos exponen los hechos y tiene lugar la investigación propiamente dicha; la segunda en la que conoceremos más profundamente a Valentín, desde su nacimiento al momento en que han tenido lugar los hechos; y la tercera en la que tiene lugar el juicio hasta llegar a la sentencia.
Asimismo conoceremos con mayor profundidad a Valentín, el principal sospechoso de la desaparición de Guadalupe, un personaje con una personalidad muy compleja, en la que tiene mucha influencia la relación que siempre ha mantenido con su madre, un niño complicado desde sus primeros días, manipulador sobre todo con su madre, a quien ésta era incapaz de negar nada, perdonándole cualquier cosa y anteponiéndole a cualquier miembro de la familia. Una persona que siempre ha conseguido lo que ha querido y ha hecho lo que le venía en gana.
También seremos testigos, como si nos encontráramos en uno de los bancos de la sala, del juicio que se lleva a cabo contra Valentín, a quien apuntan todas las pruebas de la desaparición de Guadalupe, la forma en que los abogados intentan influir en el jurado popular, como influyen sus palabras (o las de la parte contraria) en éste, y la influencia que puede tener un caso que se podría decir que ya está sentenciado debido a la presión mediática y a todo lo que la prensa ha publicado y filtrado, antes del fallo.
En La verdad está equivocada Nacho Abad quiere señalar y criticar algunos puntos del sistema judicial y que en más de una ocasión nos van a recordar a algunos de los casos mediáticos que han tenido lugar en nuestro país. En La verdad está equivocada también va a haber manipulación de pruebas, filtraciones interesadas a la prensa, juicios de valor hechos por ésta basados en conjeturas, aquél que quiere su momento de gloria, intereses políticos, fama, etc.
Se nota que Nacho Abad sabe de lo que habla.
En cuanto a los personajes, aunque será a Valentín al que conozcamos con mayor profundidad, están todos ellos perfilados suficientemente como para que sepamos como son sin dificultad alguna.
Me ha gustado la forma de escribir de Nacho Abad. Mantiene la tensión durante toda la novela, con un ritmo muy ágil, manteniéndonos pegados a sus páginas en todo momento, con sorpresas y giros que en algún momento nos harán dudar de nuestras certezas, como le sucede al mismo Valentín, y en más de una ocasión nos hará plantearnos cómo los factores externos que se escapan de las manos del sospechoso pueden influir en la resolución de un caso.