La verdad sobre el proceso de coaching

Nunca te dije que esto fuese a resultar sencillo. Tienes todos los ingredientes para conseguir lo que quieras, pero tienes que cocinarlos tu.
Sé que es difícil darse cuenta de la situación. Sé que es duro reconocer que no siempre haces las cosas bien. Asumo lo doloroso de tener que tomar las riendas. Si alguna vez te vendieron que vivir es sencillo, te mintieron.
Vivir cómodamente es muy tentador. Dejarse llevar, evitar tomar decisiones. posponer decidir, hacer daño a otros porque necesitas encontrarte, ser responsable de tu vida, dejar atrás fantasmas, mirar hacia delante construyendo la mejor versión de ti mismo... No, no es fácil. Pero nunca dije que lo fuese.
Tener objetivos. ¿Qué sería de ti sin objetivos? Te dejarías arrastrar, malgastarías tu tiempo en actividades que no son importantes, evitarías pensar en ti, te volcarías en cosas que no te importan, hipotecarías tu vida a merced de lo que quieren otros. ¿Crees que eres feliz? No te engañes.
Y empiezas a hacer cosas. ¡Qué bien! ¿Cuánto tiempo vas a aguantar haciéndolo? No se trata sólo de comprar la tela, también tienes que hacer el patrón, cortar la tela, coser, probar, rematar, ajustar, adornar... En este proceso tienes que ser constante. De nada te sirve tener metros y metros de preciosos tejidos en el cajón.
Y ahora que he sido sincera, ¿Vas a dejarme que te acompañe en este proceso? ¿Quieres que te ayude a superar ese bloqueo que no te deja ser? ¿Estás dispuesto a pasarlo mal para luego disfrutar de quién eres en realidad? En ti está la elección. Yo, igual que estoy puedo dejar de estar.
No, no es falta de sentimiento, ni de emoción, ni dejadez, ni desapego. Es dejarte ser quien quieras ser.