Una escalofriante investigación sobre lo que nos llevamos a la boca pensando que es sano y saludable.
Para responder a estas preguntas decidí dedicarme en esta nueva investigación solo a las sustancias químicas que entran en contacto con la cadena alimentaria, desde el campo del agricultor (pesticidas) al plato del consumidor (aditivos y plásticos alimentarios). Por lo tanto, este libro no abordará las ondas electromagnéticas ni los teléfonos móviles ni la contaminación nuclear, sino únicamente las moléculas de síntesis a las que estamos expuestos, en nuestro entorno o en nuestra alimentación (el «pan nuestro de cada día» que en gran parte se ha convertido en «el veneno nuestro de cada día»). Como sabía que el tema es extremadamente polémico (y no es sorprendente, dada la importancia de los retos económicos vinculados a él) decidí proceder metódicamente, partiendo de lo más «simple» y de lo menos discutible, a saber, las intoxicaciones agudas y después crónicas de los agricultores expuestos directamente a los pesticidas, para ir progresivamente hacia lo más complejo, los efectos a dosis pequeñas de los residuos de productos químicos que todos tenemos en el cuerpo.