La vergüenza pública de una exclusión (Primera parte)

Publicado el 19 enero 2015 por Ángel Santiesteban Prats @AngelSantiesteb

A quienes pretenden decidir quién es un preso político en Cuba

Ángel Santiesteban-Prats sigue siendo uno de los tantísimos presos políticos que sobreviven en las cárceles castristas a la espera de las nuevas compañías que todos sabemos, recibirán. Haber sido víctima de una ruin trampa de la Seguridad del Estado castrista para silenciar su voz opositora no le importó a ninguno de los que confeccionaron esas listas que -a la vez que hicieron justicia con unos- reforzaron las injusticias con otros.

A Ángel lo dejaron solo amparándose en las dudas “razonables” aún cuando su expediente judicial –al alcance de todos– demostraba sobradamente que era inocente y que su culpabilidad jamás la pudo probar eso que en Cuba se llama justicia y que no es más que el brazo ejecutor de las venganzas de los hermanos dictadores.

Le fabricaron una causa judicial amparada en denuncias falsas de la madre de su hijo, debidamente desmentidas por este, cuando denunció internacionalmente que había sido forzado por su madre y por la policía política a declarar contra su propio padre.

La inocencia de Ángel está demostrada con creces y TODOS los cubanos de bien (y los otros) lo saben. Ante la impotencia de la justicia títere para “probar” esas denuncias, a pesar de que la legalidad internacional no lo considera un elemento acusatorio válido, justificaron los cinco años de condena en el informe de una teniente perito calígrafa: “culpable por la altura e inclinación de su letra”.

Los acuerdos secretos entre la administración del presidente Obama y la dictadura de Raúl Castro, alentados por Su Santidad Francisco I han hecho efectiva la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Como muestra de “buena voluntad”, el dictador liberó 53 presos políticos, de los cuales 14 ya estaban en libertad, demostrando una vez más cómo se burla de todo el mundo, incluso de quienes se muestran favorables a tratarlo como no se merece.

Vergonzosamente, Ángel Santiesteban-Prats no fue incluido en esa lista. Tanto el gobierno de Obama como las organizaciones de “derechos humanos” que las confeccionaron, saben sobradamente que el recurso más efectivo de la dictadura es condenar a los opositores por delitos comunes inventados para restarles el apoyo de quienes ven con buenos ojos sus luchas y para privarlos de posibles beneficios como este: ser amnistiados.

Tanto quienes confeccionaron las listas como quienes las “aprobaron” podrán justificar la maquiavélica maniobra en la “burocracia legal” (al no ser “burocráticamente” presos políticos, no pueden estar en este listado, aunque sea pública la trampa perpetrada contra ellos). El hecho es innegable: ignoran y excluyen así a estos “presos comunes” condenados por sus posturas opositoras, y ello, además de injusto, no les quita ni un ápice de responsabilidad en la injusticia que se comete con esta exclusión. Valga recordar una vez más que Ángel Santiesteban-Prats debe ser el único preso común en la isla al que le ofrecieron la libertad a cambio de abandonar tanto su postura política como la isla, y no una vez, sino muchas. Cada vez se negó.

Las preguntas obligadas a quienes confeccionaron las listas, a quienes las aprobaron y a quienes guardan silencio frente a estas terribles injusticias es: ¿los tres espías presos y condenados por delitos de sangre son “presos políticos” en las categorizaciones que ustedes hacen para decidir quién es y quién no es preso político? ¿No les importó que Estados Unidos liberara a tres convictos condenados por delitos de sangre a cambio de la libertad de esos 53-14? ¿Los derechos de esos tres criminales están amparados por lo que ustedes entienden que son derechos humanos pero no los de luchadores pacíficos como Ángel? ¿Podrían ustedes explicarle a los hijos de Ángel Santiesteban-Prats (él ya lo sabe) por qué ni incluyeron a su papá en la lista ni lo han mencionado nunca en ningún contexto “reivindicatorio”? ¿Podrían explicarle a esos valientes jovencitos –ahora acosados por la Seguridad del Estado por no darle la espalda al papá—por qué hay tres (mejor dicho cinco) criminales que se pasean por Cuba agasajados como “héroes”?

No solo lo excluyeron de las listas conscientes de que cometían una tremenda injusticia sino que además guardan silencio sepulcral sobre su caso. La única excepción ha sido la mención hecha durante el lanzamiento desde La Habana del Foro por los derechos y libertades, al referirse a los presos no incluidos, donde también se mencionó a Danilo Delgado, El Sexto, aunque él se encuentra ahora mismo preso por “insultar” a los hermanos Castro poniendo sus nombres a dos cerdos que llevaba a una performance.

Como ya expliqué, Ángel no solo quedó fuera de esa lista por ser — según la dictadura, el Papa, el presidente Obama y las organizaciones de derechos humanos intervinientes — un “delincuente común”, sino que además, le tendieron una nueva trampa legal, otorgándole con más de un año de retraso el “beneficio” de la revisión de su juicio farsa. Esta “revisión” aprobada pero no efectuada, lo deja fuera de toda posibilidad de gozar de sus derechos penitenciarios, entre ellos la libertad condicional que le corresponde en el mes de abril, al cumplir la mitad de su condena. La explicación es otra vez burocrática: Mientras hay “asuntos” pendientes con la justicia, no hay condicional; ahora Ángel tiene pendiente una revisión que jamás llegará.

Culpable de esta situación es la dictadura de Raúl Castro y su siempre y nunca muerto hermano Fidel; pero no lo son en menor medida, todos aquellos compatriotas, que se dicen “activistas” y “disidentes”, que sabiendo que NO es un preso común sino un preso de conciencia, lo dejaron solo y lo excluyeron de las listas. Habría que preguntarse cuántos más de estos “presos comunes” han sido también olvidados al confeccionar este listado. Igualmente inexplicable es el hecho de que haya habido quienes mintieron a Ángel a sabiendas asegurándole que estaba incluido en las listas cuando ya le habíamos informado debidamente que NO lo estaba.

De la misma manera, sería bueno que quienes fueron liberados recientemente, expliquen a los hijos de Ángel por qué habiendo dado tantas entrevistas ninguno ha mencionado a Ángel ni ha pedido por TODOS los presos políticos tal como lo ha hecho siempre él?

Desde aquí, y condenando el silencio y la complicidad de todos los que intervinieron en estos acuerdos, EXIGIMOS LA LIBERTAD INMEDIATA Y SIN CONDICIONES DE TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS. Lo demás, como dice el pueblo de Cuba, es muela, politiquería barata.

La Editora

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