Debido a este hecho, llevaba unos días sintiendo curiosidad por ver cómo había afectado el crecimiento del río Ebro al río Iregua, un afluente del mismo, que nace y desemboca en la Comunidad de La Rioja y que cuenta en sus orillas con un parque muy inspirador para aquellas personas que disfrutan del aire libre dando un paseo en contacto con la naturaleza.
Un domingo por la mañana, con un sol alentador para dar un paseo por la ribera del Iregua, me preparo con cámara de fotos en mano, calzado cómodo y dispuesta a aprovechar al máximo después de tantos días de lluvia, nieve y nubarrones grises.
Imaginaba que iba a encontrar zonas anegadas, suciedad propia de una crecida, ramas caídas, etc. pero no contaba con la escena que hallé: bolsas de plástico, compresas y elementos varios no biodegradables colgados de las ramas de los árboles de un bosque desencantado.
Aunque quiero que puedas contemplarlo en las siguientes fotografías, como dijo mi amiga Marta:
"No hay fotografía que pueda plasmar cómo te sientes al verlo personalmente."
Aquí os dejo este reportaje fotográfico esperando que este pequeño aporte nos haga tomar conciencia para intentar reducir o quitar definitivamente las bolsas de plástico de nuestra vida cotidiana porque... si una bolsa está en un río, lo más probable es que acabe en el mar.
Y aquí comienza el caos ...Bolsas de plástico y otros materiales no biodegradables que cuelgan de las ramas de los árboles de un bosque que parece sacado de una escena de una película de ciencia ficción.
Basuras que no vemos habitualmente,
que se hallan ocultas debajo de la superficie del agua,
hasta que la naturaleza nos la pone al descubierto
y nos la exhibe así, crudamente, sin contemplaciones.
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