Ayer tuve otra razón para enorgullecerme de ser catalán. Se podrá estar a favor o en contra de los objetivos de la Vía Catalana, pero no sería honesto (lo cual no quita que muchos lo harán) negar que ha demostrado una impresionante capacidad organizativa, un inmenso apoyo popular y un civismo inmejorable y desgraciadamente escaso. No se quemaron banderas, ni de cuatro ni de dos barras, y no se produjo el más mínimo incidente, todo y pequeños y ridículos casos de provocación, como unos chavales encapuchados que pintaban esvásticas sobre banderas catalanas y otros que en plena realización de la Vía se pusieron a cantar el Cara al Sol en una esquina del Pº de Gracia (lo sé porque los oí, pero nadie les hizo el menor caso. Se creían que serían mártires y acabaron siendo farolas apagadas).
La lástima es que no va a servir para nada. Los que deberían sacar conclusiones de lo ocurrido ayer y modificar muy a fondo su estrategia absurda, irresponsable y que solo puede acabar mal, tienen una notable peculiaridad que impide cualquier solución: Jamás se equivocan, equivocarse es algo que hacen los demás, en especial aquellos que no obedecen sus designios, recomendaciones y órdenes.
De entrada por la mañana en el Congreso, y antes del significativo y premonitorio diluvio que se produjo en su interior, nuestra señora Vicepresidenta hizo unas declaraciones en las que reclamó dialogo y una España de todos y para todos, e inmediatamente me di cuenta de que nuestra Vicepresidenta desconoce el refrán que dice que el movimiento se demuestra andando.
Por la noche me sometí a varias pruebas duras de cinco minutos, que es el máximo que soporto viendo Intereconomía (algún pájaro con uso de razón e inteligencia debió hacer sus necesidades justo en el punto de mi antena que recibe la señal de Canal 13 y hace unos días que no lo capto). Por supuesto que describieron una Diada del 11-S que en Catalunya no la vio nadie, a lo que se añadieron los habituales comentarios absurdos, fuera de lugar o difamantes. Voy a explicar algunos. Una señora cuyo nombre desconozco dio la gran noticia que la Generalitat ha organizado para dentro de unos meses un ciclo de conferencias con el título “España Contra Catalunya” y lo describió como una serie de arengas al independentismo. Lo único parecido que he encontrado en las webs de la Generalitat es un ciclo de conferencias que se celebrará en Diciembre de este año, justo antes de Navidad, organizado por el Institut d’Estudis Catalans y que con el título “España Contra Catalunya (1714-2014), una mirada histórica” y dirigido por Jaume Sobreques (político catalanista y también historiador y catedrático) pretende dar un repaso a la historia de los conflictos entre Catalunya y España, que ciertamente será desde la visión catalanista, pero nada que ver con la descripción de la señora de marras.
Por supuesto, en ninguno de los períodos de cinco minutos que soporté se mencionó el ataque a la delegación de la Generalitat en Madrid, pero si pasaron repetidamente un vídeo donde aparecían unos encapuchados que sobre una tarima de madera quemaban banderas españolas, de la U.E. y del Rey, lo que, entre otras afirmaciones espeluznantes, daba lugar a que asegurasen que lo del civismo del 11-9-13 era una falacia inventada por la Generalitat. En cada 11-S, un muy reducido grupo (siempre se cuentan por decenas con números de una sola cifra) de activistas antisistema, a última hora de la tarde organizan una corta manifestación de las que deja rastro por donde pasa, que acaba en el Fossar de les Moreres, una plaza al lado de Santa Mª del Mar que fue una fosa común de los defensores de Barcelona en 1714 y que es uno de los lugares emblemáticos de los independentistas radicales, donde algunos años y sobre una tarima de madera que es siempre la misma montan un mitin que concluye con la quema de algunos signos españoles o de donde quieran. En el video que pasaron por Intereconomía la famosa tarima de madera es fácilmente identificable, y puede que este año hayan repetido el numerito, pero también es posible que el video fuera de cualquiera de los años anteriores. No sería la primera, ni la segunda vez que en Intereconomía recurren al archivo para tergiversar la realidad del momento.
Por último, a la corresponsal de Intereconomía en Barcelona le salió un chiste sin haberlo preparado. Situada en el centro de la Plaza Catalunya prácticamente vacía anunció al mundo que la Vía Catalana había sido un estrepitoso fracaso porque todos los televidentes podían comprobar que la Plaza estaba vacía (eran las 11 de la noche), y además aunque se daban cifras para la Vía Catalana que sobrepasaban las de la manifestación del año anterior en realidad se trataba de una falacia y una tergiversación porque el año pasado la manifestación se desarrolló exclusivamente en el centro de Barcelona, donde se concentraron un millón y medio de personas, mientras que este año la manifestación empezaba en la frontera francesa y se alargaba hasta Vinaros, y a su paso por Barcelona los manifestantes no llegaron a medio millón, cifra mucho menor que la del año pasado. ¡Qué ricura!, ¿Verdad?. A los que lógicamente no se lo crean les puedo jurar que es cierto. Lo malo no es que mientan porque para eso les pagan, lo grave es que haya quien se los crea.
Hablando de números, el Ministro de Interior, el que no impidió el ataque a la delegación de la Generalitat y que seguramente no va a detener a todos los implicados, también hizo un chiste con los números. Repitiendo uno de los argumentos recurrentes y muy socorridos del PP, dijo que los que se habían quedado en casa eran más que los que formaban la Vía Catalana. El PP tiene mayoría absoluta porque les votaron 10.866.566 españoles de un total de 47.265.321 (censo 2012), lo que indudablemente significa que 36.398.755 españoles no les votaron o lo hicieron en contra, y a los que en lo que llevamos de Legislatura han demostrado hasta la saciedad que no cuentan con ellos absolutamente para nada, bueno, de hecho tampoco cuentan con los que les votaron.
Por cierto, después de los ridículos relacionados con el fiasco olímpico, a la imagen de Madrid solo le faltaba la burrada de ayer en la delegación de la Generalitat. Pero tranquilos que ya tienen culpables, el famoso Eduardo Inda que quería parar a Messi por lo civil o lo penal ha insinuado posibles conspiraciones porque Jacques Rogge, el Presidente saliente del COI, hace 30 años que veranea en Cadaques, que por si alguien no lo sabe está en la traidora Catalunya. ¡De locos!, tan solo insinuarlo ligeramente es de locos.
En mi nota en respuesta al Sr. Ortiz de 22 de agosto pasado decía que “…..el número de independentistas aumenta porque cada vez son más los catalanes que creen que con España ya no hay nada a hacer, ni a intentar, ni a dialogar. Yo todavía no estoy en ese grupo…”, bien, pues ya estoy en él. Mi paciencia se ha acabado por muchas y variadas razones, porque tenemos un Presidente del gobierno que creo que se escondió en el nuevo y flamante submarino de la Armada Española que solo sabe efectuar la maniobra de inmersión, mandó despejar la cubierta y no ha vuelto a salir, que por supuesto, no va a enfrentar de manera mínimamente inteligente la situación que se manifestó ayer con toda su fuerza, porque estamos gobernados por unos señores que entre otras demostraciones de su gusto por lo totalitario se han apoderado del poder judicial de tal manera que cuando les pillan cometiendo irregularidades mientras colocan al Sr. de los Cobos en la presidencia del TC encima responden con chulería y sin el más mínimo rastro de decencia, porque ya estoy hasta la coronilla de ser insultado, incomprendido, difamado y algunas cosas más por una pandilla de tipos y tipas desde la caverna mediática, porque no se equivocan nunca, porque el asalto a la delegación de la Generalitat en Madrid de ayer es responsabilidad de los 15 delincuentes que la ejecutaron, pero delincuentes locos los hay en todas partes y por esta razón también es responsabilidad del Ministerio del Interior y las autoridades locales de Madrid que no impidieron el asalto, y de los que dejan que los grupos radicales de extrema derecha campen a sus anchas por este país, y de los que cuando no queda más remedio que detener, juzgar y condenar por sus crímenes a asesinos de extrema derecha los sueltan en cuanto pueden, y de los que permiten que asesinos de extrema derecha salidos de la cárcel se presenten a las elecciones, y de los que organizan homenajes a la División Azul y de los que permiten que la Falange sea el único partido declarado fascista que es legal en Europa, y de Intereconomía, el Canal 13 y la caverna mediática que han soliviantado los ánimos de media España porque en Catalunya hemos decidido acabar con una situación insostenible si es preciso llegando a la independencia.
Solo dos comentarios rápidos para terminar:
No es la mentalidad catalana la que se está cargando España, hace siglos que es la mentalidad castellana.
Este país es tan desesperantemente lento que todavía estamos intentando solucionar el problema que se creó con el matrimonio de Isabel y Fernando.