Cuando fuí nombrado delegado nacional de la sectorial de ciberactivismo del PSC, relevando a Jose Antonio Donaire, y siguiendo la línea que él también defiende, uno de los objetivos de la sectorial era defender a capa y espada un modelo de ciberactivismo que respetara al individuo, que fuera creible, que sumara a la causa pero siempre dentro de la credibilidad, de la capacidad de ser crítico y poder expresarlo. En definitiva de ser un ciberACTIVISTA y no un mero reproductor del mensaje oficial del PSC.
Ese modelo no es gratuito, se contrapone al modelo que CiU impulsa oficialmente con el proyecto de CATIVISTES y sus archiconocidas consignas y órdenes cotidianas (normalmente el primer día laborable de cada semana) que hacen que de golpe y sobre el mismo tema y con un conjunto limitado de argumentos hablen unas cuantas decenas de militantes de CiU en la red.
El modelo puede parecer más malo que el de loz zombiectivistas, y realmente es muy tentador para los dirigentes donde de golpe descubren que tienen un ejército de papagayos a su disposición, y bajo las viejas tesis de comunicación donde lo importante es llegar y no el como llegar o la credibilidad del mensaje, pues básicamente el modelo de directorio central es más efectivo. Enfrente los ciberactivistas (del color que seamos, en esto los del PSC no somos mejores que ningunos otros, simplemente sómos los que mejor hemos hecho llegar nuestras tesis a la dirección del PSC), somos como el ejército de Pancho Villa donde cada uno apunta a donde le da la gana y a veces hasta se dedica a agujerear la puerta de su misma organización cuando algo no le gusta.
El hecho de que el President Montilla en una atípica jornada que realizó la sectorial de ciberactivismo titulada Diàlegs en Xarxa, ratificara que el PSC apostaba por ciberactivistas, que no quería soldados ni clones, y que no habría consignas sinó un franco debate de propuestas es una clara muestra que la sectorial a la cuál represento ha cumplido uno de sus objetivos (no el único ojo!!).
A un nivel personal también me siento satisfecho. En esta jornada, a pesar de poder parecer que me tocaría el papel de maestro de ceremonias, he sido cocinero pero no me he presentado al banquete, me he volcado a hacer los platos que me tocaban y a cocinarlos junto al equipo de la Permanente (Chesi, Jordina, Carlos, Raquel, y un largo etc… que pasa por los ponentes y por los que asistieron a la jornada, porqué si algo fué esta jornada, es organizada de forma bastante descentralizada) pero no he participado de la comida. Y al igual que Jordina tenía motivos personales de importancia, yo también. Y es también esa actitud de “no voy al acto que organizamos con el President porqué antes ya había adquirido compromisos personales” los que ha de marcar mucho la nueva política que se intenta construir desde la red. Y de hecho el mítin y la presencialidad es importante pero no lo más importante, he podido seguir la jornada a distancia no sólo espacial, sinó temporal al revisar los #hashtag de #dialegs y los diversos posts que se han escrito al respecto de mis compañeros de sectorial: Jordina Freixanet, Jéssica Fillol, Enric Llorens, Joan Ramón i Bernabé, Enrique Vanacloy i k-Government,
En definitiva, desde una perspectiva política y es la que me toca dar como delegado de la sectorial una veradera victoria ideológica para defender que la política que hacen los partidos en la red sea algo más que la repetición del boletín oficial.