El Sánchez del presente es una bestia depredadora sin nada que ver con el Sánchez de 2014 que, tras ganar las primarias del PSOE frente a Eduardo Madina, prometió un liderazgo “sensato”.
En España padecemos la tormenta perfecta que mezcla todos los dramas: la perversión dueña del poder, falta de liderazgo en la oposición del PP, estancamiento de VOX por sus propios errores, desaparición de Ciudadanos y cobardía paralizante en las instituciones que deberían haber reaccionado para parar los pies al tirano Sánchez.
El Poder Judicial resiste, pero su encefalograma es cada día más plano. Lo mismo ocurre en las Fuerzas Armadas, que el sanchismo ha castrado eficazmente controlando los ascensos, con la Monarquía a la que ha puesto un bozal, con las universidades, las asociaciones, la cultura y la sociedad civil, compradas o capadas por la actuación de la tiranía sanchista, enemiga de la democracia y la libertad.
Los que odian y quieren destruir España han encontrado en Pedro Sánchez la "bicoca" que soñaban, un enemigo de España situado al frente del gobierno, dispuesto a todo con tal de conservar el poder, un mentiroso sin vergüenza ni dignidad que está haciendo justo lo contrario de lo que prometió a la sociedad españoles, cometiendo con ese engaño una estafa electoral que le deja sin legitimidad.
Sánchez se comporta como un perro fiel que cumple las órdenes de organizaciones tan antidemocráticas y sucias como Podemos, el separatismo y los herederos de ETA.
España está siendo humillada y derrotada a diario por su cobardía, por su incapacidad de frenar la ignominia y el abuso, dejando que avance la pesadilla del totalitarismo, poco a poco, pero de manera demoledora, dinamitando todas y cada una de las defensas éticas, prostituyendo el poder judicial, el uso del dinero público, los fondos europeos, la verdad, la información, las leyes vigentes y los valores.
Los peores ministros imaginables no dimiten y nadie se levanta contra ese abuso. Leyes defensivas del Estado como las que regulan la sedición y la malversación están siendo acuchilladas y nadie lo impide, los enemigos de España reciben favores y concesiones que se les niegan a las autonomías leales y decentes, y un largo etcétera de iniquidades entre las que destacan el control de la información, a través de la compra descarada de medios y voluntades, y la muerte de la verdad, que es un derecho fundamental del pueblo en democracia.
El sanchismo lo está preparando todo para obtener, sin violencia aparente, el poder eterno que siempre ansían los malditos tiranos.
Francisco Rubiales