Estamos en unos parajes que recuerdan a los de Las uvas de la ira, rodada un año antes, responsable en gran medida de que Tobacco Road no haya sido lo suficientemente valorada (las comparaciones, dice el tópico, son odiosas). El guionista es común a ambas, Nunnally Johnson, aunque parten de fuentes distintas: la novela de Steinbeck y el teatro de Jack Kirkland (aunque basado igualmente en la novela homónima de Erskine Caldwel). Son, en realidad, las dos caras de una moneda. La extrema pobreza que, en Las uvas... obliga a una familia al exilio, en busca de mejores oportunidades. En Tobacco Road el drama es el mismo, pero las reacciones son distintas. Al matrimonio de Jeeter y Ada no le ya hijos en el núcleo familiar, excepto uno medio tarado que pronto se "independizará", y una sobrina, casi un animal acechante, interpretado por una sensual Gene Tierney. Del resto de los hijos, apenas saben nada, y no son pocos: 15 ó 16, ni siquiera ellos lo recuerdan. Y su reacción no es la de acompañar a su prole en busca de un lugar mejor. Son como árboles estériles que continuarán enraizados a la tierra yerma que no les da ya nada que comer. Apenas sobrevivir, aunque sea a costa del robo, de la estafa, de la mentira, de la picaresca.
El tono usado por Ford es cómico, quizá otro de los motivos por los que esta película no fue debidamente entendida en su estreno, en un país que vivía con preocupación su inminente participación en la Segunda Guerra Mundial. Y en este panorama irrumpe un personaje como Jeeter Lester, irónico, pasota, prototipo de antihéroe americano... Sentiremos, no obstante, ternura por él, ternura por la desgraciada Ada, su esposa, que permanecerá a su lado a pesar de todo. Las escenas finales del film, toda una lección de cine, esconden un mensaje descorazonador. El tono se vuelve triste. La imagen de esas hojas arrastradas por el viento hacia ninguna parte son toda una metáfora. Los personajes, convertidos en sombras, bajo el peso del ancho cielo. Los halos de esperanza desaprovechados, qué horrible mensaje es el que Ford nos depara.
Considérenla indispensable.