«Un pie constreñido, el otro suelto, el mundo no le servía.
Iba a fabricarse uno, a su medida.»
Impresión:
El otro día estaba colocando uno de mis cómics en la estantería y, de casualidad, vi este. No tenía ni idea de su existencia, ni del autor ni de qué iba pero lo cogí inmediatamente por su título. Claro que… cuando llevaba unas tres páginas y lo cerré un momento, me di cuenta de que no era «La vida de una cucaracha». Sí, a veces mi cerebro juega con las letras y me hace este tipo de cosas xD Decidí seguir leyendo ya que ese uso de los colores tan primarios y ese dibujo tan desenfocado me había llamado la atención.
Voy a intentar explicar de qué va ya que la contraportada no ofrece dicha información.
Oligario vuelve después de la guerra al pueblo para reclamar su herencia. Quiere hacer algo grande, algo importante con sus tierras, aunque todavía no sabe lo qué. En una feria conoce a Adete y, a pesar de una primera negativa de sus padres, consigue llevársela y casarse con ella. Juntos labrarán la tierra y tendrán hijos. O, para ser exactos, hijas. Algo que a Olegario no le gusta ya que él quiere un varón para que le ayude en la tarea de hacer algo con las tierras.
Contado así no parece gran cosa pero tiene bastante trasfondo. Lo que más me ha gustado ha sido, como he dicho antes, el uso de los colores. Reflejan muy bien los estados de ánimo. E incluso a veces puede llegar a parecer que estamos ante un cómic que roza levemente el Realismo Mágico. No es una de esas historias que recordaré detalladamente toda mi vida pero, sin duda, me alegro de que la casualidad hiciera que me fijase en él.
Puntuación: 6/10
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Archivado en: opinión Tagged: 2016, cómic, La vida en una cuchara, libros, Miguel Rocha, novela gráfica