la vida es simple

Por Tupenda

Estoy hablando de despertarte cuando sea y no cuando toque. Obligarte a no abrir los ojos hasta que te lo exija el cuerpo o la vejiga. Quedarte soñando hasta que salgan los créditos. Y utilizar las ganas como único despertador.

Desayunar antes de meterte en la ducha, y no al revés.

Vestirte con lo mínimo indispensable para evitar rozaduras. Salir a la calle sin el reloj, o sin el móvil y, a veces, hasta sin la cartera. Sentarte en un sitio simplemente porque hace una sombra que no se puede aguantar.

Tratar de adivinar el día de la semana que debe de ser hoy. Leerte un periódico de cabo a rabo y darte cuenta en la última página que es el de hace dos días.

Leído en Risto Mejide


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