Ante el sopor de la controversia partidaria y la inoperancia de tanto inepto, lo mejor es leer y escuchar. Frente a los manipuladores potenciales de todo tipo y ante la frustración por tanta desidia social, la mejor defensa es la lectura. Leer para formarse e informarse, para documentarse y aprender; para evadirse, ver más allá de lo que alcanza la vista y comprender cuanto sucede. Leer, como recurso para no dejarse arrastrar.
El último libro leído trata de una mujer, tal vez un hombre, y una ciudad; Juanita Narboni y Tánger. Juanita es una persona atormentada, paranoica. Todo cuanto sucede a su alrededor le reconcome. Vive frustrada y obsesionada por todo, por el qué dirán y por una cierta insatisfacción sexual. Tiene una visión pesimista de la vida. Piensa que ésta se ceba con ella; que solo le da motivos para el reproche, la frustración y la desesperanza.
Tánger es la ciudad. Todo se desarrolla en el periodo comprendido entre 1914 y finales de los años sesenta. Años que abarcan su esplendor y decadencia como ciudad cosmopolita, multicultural, liberal y bohemia. Un
El drama de Juanita es no admitir que su realidad cambia por su propio ciclo vital, por los acontecimientos históricos que le toca vivir y por una inconfesable fijación con la bebida. El autor usa múltiples referencias culturales, cinematográficas y musicales así como una especie de dialecto que se nutre de la estructura y pronunciación del castellano enriquecido con vocablos y expresiones hebreas, francesas, árabes y portuguesas . Es el habla de todas las Juanitas Narboni del Tánger de entonces. Igualmente hace un uso arbitrario del tiempo, pero deja pistas al lector para identificar a qué año se refiere Narboni en sus divagaciones. Así, por ejemplo, cuando recuerda la película Lo que el viento se llevó, sabemos que no puede ser anterior a 1939; al hablar de la entrada de las tropas españolas en la ciudad, nos sitúa en 1940 y al aludir al cambio de sexo la atleta catalana María Torremadé, en 1941.
Ángel Vázquez, el autor de La vida perra de Juanita Narboni, escribe una novela donde la ciudad, la vida cotidiana y la soledad de Juanita nos sumergen en un mundo ficticio y tan real como la vida misma. Juanita es Tánger. Tanta verdad hay en el personaje que se diría que la Narboni es Ángel Vázquez. La novela es ficción, tal vez realidad, en todo caso una crónica de costumbres de Tánger y sus Juanitas.
Escucho a Greg McKenzie: