La vida que nos dejan vivir

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE
Las veinticuatro horas que van desde este mediodía pasado, sábado, al mediodía del, todavía por venir, domingo, se convertirán, y no hace falta ser un adivino, en un continuo déjà vu, hablando sobre lo perjudicial que puede ser un cambio horario a la carta, si por "a  la carta" se entiende un cambio horario que se pierde en la noche de los tiempos, con inequívoco olor a "franquismo", y "desde hace mucho tiempo que se hace así, y no voy a ser yo quien se meta en un jardín y cambie algo, que a mi partido político, por cierto, ahora en el poder, le da lo mismo, porque lo que verdaderamente le da dinero son los impuestos, y no el supuesto malestar, en especial, psicológico, de unos cuantos, que seguro son los que siempre se oponen a todo".
Bien es verdad, que el futuro de la gente que son los que para el poder realmente cortan el bacalao, nunca tienen problemas por una hora o más o menos; más perderán o ganarán en esos jet lag a los que están más que acostumbrados por su ritmo de vida y de costumbres, sin duda. Ya que si hace falta, y para evitar su supuesto estrés, se van unos días antes a uno de esos paraísos, no fiscales esta vez, sino donde la civilización no parece haber llegado excepto a esos hoteles repletos de todo, y dejan pasar la vida, a sabiendas de que a la vuelta, a la rutina, seguro que son más ricos aún...
Por cierto, y en otro tono de cosas, parece que "La reina del Sur", no la de Pérez-Reverte, sino la del PSOE, ya ha aceptado lo que la historia, la suya y la de sus amigos, quiere que acepte.
La verdad es que ha sido un intento baldío de poner suspense, como gas en una gaseosa prehistórica, en una jugada que era tan clara en el fútbol político, desde el momento en que se colocaran el balón en la parte del campo que les era propicia, tras sacarle tarjeta roja y expulsión al supuesto capitán de entonces, Pedro Sánchez, por orden más que clara de la Reina del Sur y los que en su momento accedieron a que ella fuera reina.
La vida que nos dejan vivir es un eterno paripé y nos permiten, porque les trae al pairo, hablar de nimiedades como el cambio horario. Ya que saben que antes, y por supuesto, después, ellos, los que tienen todo controlado, serán igual de ricos, o más. Porque cosas como el himno, el honor y el orgullo, nunca cotizarán en bolsa.
*FOTO:  DE LA RED