LA VIDA RESPONSABLE Conducir sin tener un accidente

Por Ada

 
LA VIDA RESPONSABLE
Conducir sin tener un accidente, comprar desodorante y macarrones y cortales las uñas a mis hijas. Madrugar otra vez, tener cuidado de no decir incoveniencias, luego esmerarme en la prosa de unos folios que me importan exactamente un bledo y darme colorete en las mejillas. Recordar la consulta del pediatra, contestar al correo, tender ropa, declarar los ingresos, leer libros y hacer unas llamadas por teléfono. Me gustaría permitirme el lujo de tener todo el tiempo que quisiera para hacer un montón de cosas raras, cosas innecesarias, prescindibles y, sobre todo, inútiles y bobas. Por ejemplo, quererte con locura. 
Amalia Bautista