La vida sigue igual ¿O será distinta? De ti depende.

Por Pacomejias

Hicimos una parada, todos bajamos del auto, unos para saciar su sed, otros para satisfacer sus necesidades biológicas y  otros para estirar sus maltrechos huesos. Pasado el tiempo indicado, volvimos  a subir, me sorprendió ver que  el conductor nos lo habían cambiado, no era el mismo tipo, larguirucho y serio del primer trecho, este era más bien regordete, tenía barba y una sonrisa que me pareció un poco  hipócrita.  Nos saludó y nos dio la bienvenida, luego se limitó a decir que en pocos minutos nos pondríamos en marcha, y que continuaríamos el viaje previsto. No nos advirtió que vendrían curvas y recodos empinados.
Habíamos recorrido sólo unos pocos kilómetros, cuando  observé sorprendido que un  asiento estaba libre... Por lo visto, pensé sonriendo... Alguien había decidido hacer un recorrido distinto.