18
2014 Coaching personal
LA VIDA TE TIRA CONTRA LAS CUERDAS… (I)
Todos tenemos propósitos y deberes con nosotros mismos que cumplir. Pero el día a día no nos lo permite, nos distrae. El mes de septiembre y el inicio del curso escolar es el tiempo adecuado para hacerlo, aunque todos sabemos que, pasado un tiempo, se abandonan por lo urgente y dejando atrás lo importante, año tras año. Eso, cualquier terapeuta te lo dirá y le pondrá nombre de patología, recuerda que él vive de presuntos enfermos como tú…
Voy más allá. Y me refiero a esas cosas de tu vida que están permanentemente sin arreglar. Viejas heridas mal curadas o infectadas en tu interior, situaciones que te provocan incomodidad o sufrimiento sin razón aparente y que resucitan de vez en cuando en tu vida, temas que te resultan difíciles de abordar por alguna razón conocida o desconocida, ya sea a nivel personal, familiar, social o profesional. Todos los tenemos, más o menos evidentes. E incluso aprendemos a capear el temporal cuando llega, habiéndonos acostumbrado a convivir y a malvivir con ellos…
Pero hay otros temas que exijen ser solucionados, para siempre. Me refiero a todos aquellos que te impiden ser feliz. Porque para amar y ser feliz, uno debe antes de ser libre, no tener condicionantes que coarten tu libertad de sentir. Son esos asuntos (generalmente emocionales) que surjen de tanto en tanto y hacen que nos equivoquemos cada nueva vez o que huyamos de situaciones que merecemos, pero que por miedo, renunciamos a ellas, con dolor. Ya sabes de qué hablo. Por ejemplo, cada vez que surje álguien que su sola presencia o ausencia te remueve el interior (no sé por qué, pero muchas veces suelo ser yo, quizás es mi misión) o cada vez, por ejemplo, que aparece la posibilidad del amor y, a pesar de buscarlo desde siempre, rehuyes de él por miedo o, lo que es lo mismo, porque sientes miedo ante el otro, crees no merecerlo en ese momento o bien has decidido taxativamente permanecer sólo o sola, con dolor y resignación.
¿Alguna vez te ha pasado? Seguro que sí… y cuando pasó o pasa ahora, seguro inventaste e inventas mil argumentos y razones irrazonables para justificar algo que te causaba más miedo que amor! Y ya sabes, si en el corazón hay miedo, no cabe el amor! La solución es fácil…
Seguirá…
Etiquetas: amor, felicidad, miedo, vida