La vie d'Adèle por Desirée Rodríguez

Publicado el 02 junio 2014 por Elaltramuz @ElAltramuz


A pesar de sus escenas de sexo lésbico tan explosivamente gráficas, La vie d'Adèle no sucumbe a lo morboso sino que ahonda en una historia de amor apasionada y conmovedora. En 180 minutos, Abdellatif Kechichetraspasa ese lado animal e impulsivo de las escenas de sexo para convertir su película en un retrato conmovedor de ascenso de una joven hacia la edad adulta en los brazos de otra mujer. Ahonda en el amor más profundo y emotivo, capaz de envolver a cualquiera e introducirlo en esta historia de amor con mayúsculas.
Emotivo, directo y, en ocasiones, apasionante, el film de Abdellatif Kechiche pronto deja claro que Adele alberga sentimientos hacia Emma, una del estudiante de bellas artes cuyo corto cabello llama la atención por su azul rebeldemente atractivo. Después de que ambas se encuentren en un bar, se producen diversas reuniones que acaban por convertir a las dos en amantes. Se realiza, así, un fuerte comentario sobre cómo un objeto de deseo de ensueño puede convertirse en realidad de un día para otro.

Aunque el núcleo de la película es bastante simple, con una base emocional que se centra, una vez más, en la angustia adolescente, la discriminación y el amor frustrado, esta vez la fascinación por otros grandes placeres de la vida como la comida, el sexo, el arte o la literatura, animan al espectador a considerar la gran complejidad de la experiencia humana mediante largas conversaciones que fluyen marcadas por una precisión infalible que confiere a la obra un fuerte sentido de unidad.

"La Vie d'Adele: Chapitres 1 et 2," es un guiño a la inacabada novela de Pierre de Marivaux del siglo XVIII "La Vie de Marianne" - el texto analizado en la escuela secundaria Lille donde vemos por primera vez Adele y, como la propia novela, evita la concisión narrativa en favor de las realidades de la vida desordenada. Kechiche alarga planos, de forma a veces innecesaria, con el fin de introducirnos en la realidad de la vida donde no todo es interesante o bonito.

Además Kechiche captura de forma magnífica larguísimas y explícitas secuencias de amor que muestran - a través de un gran abanico de posiciones y gemidos - que sexo y amor pueden, en el mejor de los casos, convertirse en uno. Por su parte, Exarchopoulos y Seydoux son absolutamente sublimes. Con ellas nada parece fingido, todo es placentera o dolorosamente real. Juntas hacen sentir cosas que sólo se han sugerido a en otras películas. Exarchopoulos, juega, con su voz ronca y su sonrisa reticente, todas las emociones que un director puede exigir.



Al igual que en The Secret of the Grain, la cámara delata una fijación casi compulsiva con la comida, asumiendo connotaciones particularmente sugerente cuando Emma enseña Adele cómo consumir una ostra.
Sin duda es una de las películas más hermosas y emocionantes que he visto hasta el momento. Totalmente recomendada.