Vergüenza, rabia, indignación….son algunas de las “cosas” que siento viendo los penosos acontecimientos que han acabado con la vida de un “aficionado” esta mañana en las inmediaciones del Vicente Calderón, condeno enérgicamente la barbaridad cometida, reclamo que aquellos que han cometido semejante crimen paguen con la cárcel por tan crueles hechos y, que, por supuesto, jamás vuelvan a poner sus pies en un campo de fútbol.
Pero al mismo tiempo creo que es necesario hacer algunas reflexiones…
En mi cabeza no entra que supuestos “aficionados” se “citen” para pegarse y que se monte una batalla campal que podría haber terminado incluso peor, porque han sido decenas las personas heridas de diversa consideración.
Creo que es necesario pararse a pensar si estas personas pueden llamarse a sí mismas “aficionados”. Honestamente y con el debido respeto a todos creo que estas personas NO son aficionados al futbol y muchísimo menos hinchas de sus equipos.
Aficionados al futbol, con independencia de los colores, son aquellos que animan y defienden a su equipo, aquellos que respetan al rival…pero “aficionados” no pueden ser aquellos que se citan para pelearse y que acuden a tan infausta cita con todo tipo de objetos con la sola intención de dañar al rival.
Hoy desde mi asiento del Calderón observaba a la AFICIÓN, a la afición con mayúsculas, a los miles de niños que hoy han acudido con sus padres a disfrutar del futbol, a disfrutar de su equipo y a vivir una fiesta…y, que se han convertido en testigos sordos de un silencio sobrecogedor durante gran parte de la primera parte del encuentro y que asistían atónitos a los pitos de ¾ partes del estadio cuando otra parte comenzaba con sus cánticos. Observaba también como dos adolescentes se fotografiaban cada una con su bufanda, una del Atleti y otra del Deportivo, demostrando que en las aficiones es posible el hermanamiento, la concordia y la amistad más allá de la rivalidad.
Impactante cuando en las postrimerías del encuentro dos aficionados “rivales” han decidido intercambiar sus bufandas acompañados por los aplausos de todo el estadio, eso es afición y, afición con mayúsculas.
“Afición” son las decenas de peñas que partido tras partido acuden al estadio para animar a su equipo. “Afición” son aquellos miles de hinchas que siguen, animan, sufren y lloran por su equipo fuera del Vicente Calderón, de Madrid, o incluso de España.
Pero ejemplo de “afición”, con independencia de los colores, nunca pueden ser aquellos que se citan para pegarse.
Siempre he dicho que la afición del Atleti es ejemplar, lo he dicho y lo mantengo - piopialo , somos una afición fiel, que anima sin parar pero que también respeta al rival; hace unos meses acudí al estadio con un buen amigo madridista, hace unas semanas con aficionados “bianconeri” de la Juve y jamás ha habido ningún problema; todos los fines de semana aficionados de los equipos “rivales” se sitúan por diferentes lugares del estadio sin que ello suponga que se produzca ningún incidente.
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, nunca a pelearnos con el rival.No considero que aquellos que hoy se han “citado” para pelearse sean aficionados a nada y, muchísimo menos, aficionados al futbol, ni del Atlético, ni del Depor, ni de nada.
No obstante, junto a la vergüenza e indignación por estos salvajes hechos tengo que manifestar mi tremenda tristeza porque algunos aprovechen la ocasión para meternos a todos en el mismo saco - piopialo y hayan aprovechado para escribir auténticas barbaridades en las redes sociales.
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habríamos sido los primeros en entender la suspensión del partido si las personas competentes hubieran estado a la altura de las circunstancias y, por eso asistimos tristes aunque resignados a la retahíla de insultos que estamos recibiendo. Aún así he de decir, que estos cafres que han cometido semejante barbaridad no pueden ser llamados aficionados y mucho menos aficionados del Atleti.