La violencia en el fútbol

Publicado el 10 diciembre 2014 por Mediasmentiras @mediasmentiras

Escultural "señora", rodeada de niños, imitando a un simio para intentar ofender a un jugador negro en el campo del Llagostera. 

En este país se hace todo a golpe de asesinato o muerte, cuando se hace.
Hasta hace unas semanas, parece ser, que en los campos de fútbol españoles no existía ningún tipo de violencia, que era todo un clima de sana rivalidad donde la gente iba a ver a su equipo con la confortabilidad de comer un bocadillo en presencia de sus hijos y de disfrutar de una buena tarde. ¡Son todos unos putos Fariseos!.
Vivimos en una país gobernado por mediocres. Desde lo más arriba de la pirámide hasta en las bases. El fútbol no escapa de ello, incluso se acentúa.
Villar y Tebas son dos ejemplos de lo que más detesto en un país como dirigentes de algo. El primero por incapaz apoltronado (dicen que se dormía en los aviones cuando había escalas y se pasaba de aeropuerto), el segundo por populista limitado. Los dos tienen cara de lo que parecen.


El primero se ha escondido en el extranjero amparado en un puesto del que cobra mucho por hacer poco y el segundo quiere ser contundente con fuegos artificiales como munición.
Todo esto ha comenzado cuando un grupo de ultras del Depor y del Atlético, muchos con más de 40 años e hijos, quedaron para pegarse un domingo por la mañana en vez de tomarse unas tapas y prepararse para disfrutar de un evento deportivo. Hubo un fallecido.
Hasta ese momento nadie se daba cuenta de que los grupos ultras eran peligrosos, que tener a gente radicales en cuanto a ideas y comportamientos en los estadios era nocivo. Siempre les han protegido en los clubes, por miedo, por interés...
Hace años, el ex- Presidente del Barcelona, Laporta, expulsó a los ultras del estadio. Recibió muchos amenazas, lo pasó mal, pero se mantuvo firme. Este año lo ha empezado hacer el del Real Madrid, paulatinamente. Otros ni se lo plantean, les dan habitaciones para que guarden sus "materiales" e incluso les financian viajes. Pero este no es el problema de fondo.
Ni siquiera si fuera como en Argentina donde las barras bravas tienen porcentajes de algunos fichajes...
El tema grave es la falta de educación.
Ahora quieren sancionar los insultos, me parece bien, que echen a todos los cafres de los estadios, que los limpien de morralla. Es patético ver partidos de niños donde esos cánceres llamados "padres de futuras estrellas" demuestran modales de verdaderos zopencos. Tienen que limpiar el aire que está muy contaminado.
Hay que eliminar todo tipo de violencia de los estadios, de raíz, tocando el bolsillo de los clubes que es lo único que entienden.
Re-educar a la gente es más difícil. Esos borregos que vociferan en los campos de juego son los que están puteados en sus vidas de mierda. Insultarán en el campo, pegarán a sus esposas e hijos, buscarán bronca en un bar...es difícil que cambien los seres no civilizados.
Lo que me resulta curioso es que la violencia, de este tipo, sólo se encuentra tan radical en el fútbol. En los demás deportes es más residual. ¿El motivo?...lo desconozco.
Recuerdo unas imágenes del Día Después de Canal + donde un padre con pinta de cernícalo gritaba al árbitro, le llamaba "hijo de puta". Un niño, su hijo, de unos 5 años estaba al lado imitando sus gestos e insultos. ¿Qué vamos a esperar de ese crío cuando sea mayor? ...poco, muy poco.
No se puede ir al fútbol con los niños porque no sabes cuando en una trifulca puede provocar una estampida y tu hijo puede ser aplastado, no sabes lo que va a escuchar y poder absorber para emitir después. Los campos pasan de ser "familiares" a ser zonas exclusivas de unos pocos.
Poco se puede esperar de un deporte donde llaman rey a Maradona. Donde hay muchos futbolistas que son "ejemplo" de los niños y se muestran chulescos, analfabetos, defraudadores de Hacienda, prepotentes y egoístas. Ellos mismos lo dicen "el futbolista es un ser egoísta".
Un deporte donde a jugadores condenados por violencia machista se les vitorea y defiende en columnas deportivas.
Copado por Presidentes sospechosos, oscuros, de poco fiar. Muchos ex-presidentes están en la cárcel, a otros les espera la trena cuando haya Justicia.
En la NBA, NFL, o en la NHL se expulsa a Presidentes por racistas, se echa a jugadores por golpear a novias en ascensores, se radica cualquier proyecto de imbécil.
Si el gallinero lo controla el zorro poco esperamos. El problema originario no está en la gente que hace ciertos actos, está en los que miran a otro lado. Se sientan en el palco y en el Congreso.