La virgen de guadalupe extremeña icono de las virgenes triangulares andinas

Por Joseantoniobenito

DIFUSIÓN DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE GUADALUPE DE EXTREMADURA EN EL VIRREINATO DEL PERÚ EN EL SIGLO XVII

Les comparto el interesantísimo artículo del P. Javier Campos y Fernández de Sevilla Real Centro Universitario Escorial María Cristina y Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Publicado en Revista de Temas de Estética y Arte (Sevilla), XXX (2016) 107-141). El texto de esta ponencia resume trabajos y materiales publicados en monografías y revistas.

El monasterio de Guadalupe de Extremadura envió de forma periódica al Nuevo Mundo a monjes que recolectasen limosnas de los devotos de la Virgen. Recogemos en este trabajo el viaje que realizó fray Diego de Ocaña al virreinato del Perú (1599-1608). Su testimonio quedó plasmado en la crónica del viaje que ha llegado hasta nosotros. Fue misionero, escritor, antropólogo, organizador y difusor del culto a Nuestra Señora de Guadalupe y pintor de unos lienzos que dieron origen a las llamadas "Vírgenes triangulares" que nada tiene que ver con el cerro potosino o el culto a la Pachamama.  Les comparto textualmente la reflexión del experto Javier Campos: 

"Un asunto importante es establecer el posible origen cuzqueño del modelo de "Virgen triangular", tomado de los lienzos de fray Diego y de la estampa de Petrus Ángelus, porque en su esquema compositivo adoptan la figura geométrica de un triángulo isósceles. La imagen de la Virgen de Guadalupe es una escultura sedente con el Niño en su regazo, en madera de cedro policromada y de autor anónimo (S. XII); tiene una altura de 59 cms. y un peso de 3 kgs. y 97 grs.; ha sido restaurada en 1984. Es una talla de carácter sencillo por lo tosco de su terminado y pertenece al grupo de "Vírgenes negras"; según la documentación comienza a ser vestida, dotada de cetro y corona a partir del siglo XIV.

Las pequeñas dimensiones de la imagen hacen que, al ser vestida, los mantos confeccionados en telas ricas, bordados y forrados, deban adoptar obligatoriamente por el peso una estructura geométrica triangular. Esta era la visión que tenía y conservaba fray Diego de Ocaña y que Petrus Ángelus pudo comprobar en su/s visita/s a Guadalupe, villa no distante de Toledo donde trabajó un tiempo. Por eso al pintar y grabar la imagen de la Virgen lo que reproducen es el modelo real que tan bien conservaban en su memoria visual. Con la difusión de los lienzos y de los grabados, Gamarra y los pintores cuzqueños pudieron ver que ese tipo de imagen podía ser adoptada para cualquier otra advocación mariana, y resultó muy aceptaba por el público en general. Y esta es nuestra opinión salvo mejores argumentos. Posteriormente algunos antropólogos e historiadores han querido ver alguna relación entre el perfil triangular del "Cerro Rico" de Potosí (Bolivia) con el esquema de las Vírgenes triangulares; sin embargo, una cosa es el culto a la Pachamama, simbolizado en el cerro de Potosí y su cristianización (127-128).