La Virgen de los Mareantes, en el Alcázar.

Por Sevilladaily


En estos días estoy leyendo un enorme (tanto por su volumen como por su contenido) libro del historiador británico Hugh Thomas titulado "El Imperio Español. De Colón a Magallanes".
En él se nos cuenta con una alto grado de detalle la historia previa al descubrimiento de América, el propio descubrimiento y se adentra hasta el reinado de Carlos I de España y V de Alemania y su relación con las Indias.
Pues bien, en esta edición que tengo en mis manos de la Editorial Planeta, Hugh Thomas nos cuenta en la página 271 cómo un genovés amigo de Colón, de tradición comercial y afincado en Sevilla firmó un memorándum que envió a los Reyes Católicos donde le exponía su parecer de cómo debía ser el comercio entre España y la tierras descubiertas.
Este memorándum llevaba el título de "Lo que parece se debe proveer, para poner en orden el negocio y contratación de las Indias" y fue redactado en 1502. El amigo de Colón era Francisco de Pinelo y tenía su residencia en la Calle Abades, en la conocida actualmente como Casa de los Pinelo.
Este documento fue el esbozo de lo que sería un año más tarde la Casa de la Contratación de Sevilla.

Esta Casa de la Contratación estaría dirigida por un factor, un tesorero y dos contables.
La Reina Isabel nombró a Francisco Pinelo como factor, el canónigo sevillano Sancho de Matienzo sería el tesorero y Jimeno de Briviesca (secretario del Obispo Fonseca)  sería el primer notario y contable.
La Casa de la Contratación tuvo su primera sede en las Atarazanas, pero por el riesgo de inundación pronto se trasladó al Alcázar.

Y a este punto quería yo llegar. Precísamente en una de las dependencias del Cuerpo de Almirantes del Alcázar, en la Sala Capitular, también llamada Capilla, nos encontramos con un retablo dedicado a la Virgen de los Mareantes (también llamada de los Navegantes) que la Casa de la Contratación encargó al pintor Alejo Fernández en una fecha indeterminada entre 1531 y 1536.
Este retablo tiene su importancia porque es la primera pintura en la que se hace referencia al descubrimiento de las Indias y se pone bajo el manto divino a los gobernantes y marinos españoles de esta época.

En este retablo de la Virgen de los Mareantes, la Virgen María está representada cubriendo con su manto a los españoles.
Se alza sobre los mares, uniendo continentes, o sobre la bahía, para proteger a los barcos, su carga y la tripulación conforme se embarcan en la peligrosa travesía del Atlántico. Fernando II de Aragón y el emperador Carlos V (con la capa roja), están retratados junto a Cristóbal Colón, Américo Vespucio y uno de los Hermanos Pinzón, que se muestran arrodillados. Alrededor de la Virgen se reúnen figuras de indígenas americanos (taínos y caníbales), convertidos al catolicismo por los navegantes españoles. En las naves se ven unos pendones, el de la izquierda verde y blanco (que podría ser andaluz, dado que los andaluces tuvieron un importante papel en esta empresa), y el de la galera de la derecha, rojo y blanco (que podría ser de la Corona de Aragón, ya que que la mayoría de las galeras de esta época eran de esta procedencia).
A ambos lados del retablo hay paneles laterales que representan a San Sebastián y Santiago el Mayor, a la izquierda, y a San Telmo y San Juan Evangelista, a la derecha.  Estas representaciones laterales se cree que son obra de otro artista, no de Alejo Fernández, quizá algún miembro de su taller. Sigue leyendo >>>