Pregunta: Ramon, una pregunta que hace mucho tiempo me ronda. ¿tú sabes porque la virgen del Carmen del Monte Carmelo ¡¿no lleva el hábito carmelita?! Siempre me ha llamado la atencío como la Madre Santísima del Carmen precisamente del Carmelo no es como lás demás, se debe a algo espesífico? Gracias.
Respuesta: La verdad es un pregunta para la que no tengo respuesta, salvo decirte que nunca vistió así, sino de blanco con un pequeño escapulario marrón hasta la cintura. Mientras que en el mundo entero, el Carmen es conocida vestida de túnica y escapulario marrones (rojos en algunos casos) y capa blanca; la del Monte Carmelo viste de blanco y manto azul pálido. Te contaré la historia de la imagen y mis apreciaciones artísticas sobre ella:
Después de las campañas napoleónicas en Tierra Santa, el convento de la Stella Maris fue convertido en hospital y la iglesia padeció bastante. Al retornar los frailes al monasterio, el General de la Orden envió, en 1816, al Hermano Juan Bautista Casini a encargarse de la restauración del edificio. Mientras estaba en Génova, en 1820, este Hermano encargó al escultor Garaventa, la confección de una imagen de la Virgen María, para ser venerada en el santuario. La imagen fue hecha rápidamente, como que solo se trataba de una cabeza y unas manos en un cuerpo basto, de madera todo el conjunto, pues se pensó en una imagen para ser vestida. Este mismo año salió rumbo al Carmelo, haciendo escala en Malta, en 1821, para hacer nueva escala en Estambul, donde fue expuesta y venerada. Como los permisos para volver al monasterio y restaurarlo se demoraban, Juan Bautista se fue a Chipre, llevando la imagen consigo y poniéndola en veneración en la iglesia de los franciscanos. Ya que no podía ir al Carmelo aún, Juan Bautista comenzó una campaña recaudatoria y espiritual de retorno de María a su casa del Carmelo. De Chipre, la imagen pasó a Tolón, Marsella, Civitavecchia, Roma, donde fue coronada por Pío VII (a).
En 1835, fue finalmente llevada al Monte Carmelo, aún sin terminar las obras de restauración del templo. En 1836 se bendijo la iglesia, se recomenzó oficialmente la vida conventual y se entronizó en el retablo la imagen del Carmen. En la I Guerra Mundial fue escondida en Haifa, hasta 1919, en que volvió a su trono. En 1931 se consideró que la imagen vestida no era decente para semejante sitio (b) y en 1932 regresó a Italia para ser reformada, mientras una copia la sustituía. A principios del siglo XX la imagen vestida fue considerada poco digna, porque muchas veces eran armazones ridículas con solo cabeza y manos, sin la estabilidad ni solidez necesaria para ser bendecida y apta para el culto.
Emmanuel Rieda fue quien esculpió el cuerpo, manteniendo las proporciones de la original, y quien talló el trono y los ángeles que lo sostienen. En 1933 fue expuesta en las iglesias carmelitas de Roma, y este mismo año Pío XI la bendijo solemnemente. Fue llevada al Carmelo, adonde llegó el 8 de septiembre, para ser entronizada definitivamente hasta hoy.
Apreciaciones sobre la imagen:
1. Tengo dudas de que el cuerpo sea realmente tallado. Hay ciertos lugares “difíciles de mirar” en la imagen, debido a que la rugosidad llama la atención, por el mal acabado que tiene, como, por ejemplo, en un trozo de contramanto, junto al niño Jesús. Y otra zona del manto, entre el ángel de la derecha y el pie de la Virgen, es de una rugosidad incomprensible. He visto muchas imágenes de vestir enyesadas con tela, escayola y cola, como para sospechar.
2. El Niño no es el original, ni remotamente. Ni tiene la misma proporción ni belleza del anterior. Este es, sencillamente, un Niño cabezón
3. La imagen primitiva tenía peluca, esta no, por ende, hay añadidos a la cabeza “original”, que por lo lisos que son, no me parecen tallados (comparar con el pelo del Niño), sino tela encolada y repasada con yeso. Os contaría las cosas que se pueden hacer con tela, escayola y un tenedor...
4. Si bien la antigua vestía de blanco con escapulario marrón, esta lleva un manto imposible de ver en paz, para alguien mínimamente conocedor de imaginería. ¿Azul celeste desvaído, casi desteñido? Es un color jamás usado en la imaginería (salvo hoy en día, en que se pinta hasta de naranja o fucsia). Y, por si fuera poco, el contramanto o forro es del mismo color, cosa impensable para quien maneje un mínimamente el tema, como yo, que ni soy experto ni nada por el estilo.
Definitivamente, no es que las demás imágenes del Carmen no sigan la estética de la del Monte Carmelo ¡es que es esta, la que se ha distanciado de aquellas, en cuanto que es una imagen moderna (c), que no sigue los “cánones” acostumbrados como para identificarla con El Carmen! No es raro que si el Carmen es tan venerado en medio mundo, no haya interés en copiar la del Carmelo, como suele pasar con Lourdes, Fátima o Guadalupe, que son clones unos de otros. Aunque quiero hacer una salvedad: En las pinturas o grabados antiguos la Virgen no se viste con hábito alguno (ni El Carmen ni otra), solo viste de rojo y azul o blanco y azul, pero en 1932, cuando se hizo esta imagen, la Virgen del Carmen ya era ampliamente conocida como para seguir un canon.
(a) No se trató de una coronación canónica, aunque haya sido hecha por un papa. La verdad es que fue un hecho insólito en su momento, el Papa teniendo un acto de piedad para con una imagen desconocida. Hoy estamos más acostumbrados a ver al Papa en sus visitas pastorales venerando y coronando imágenes marianas de las que nadie ha oído hablar, pero en los años 30 era algo inusual
(b) La iglesia solo hallaba aptas para el culto la madera, la piedra o la tela. No así el papel, cristal o yeso. Aunque muchas imágenes se salvaron, otras fueron enyesadas (restauré un San Francisco Javier que padeció esto, en los años 20), sustituidas por moldes de escayola o pasta, que superó la barrera de material innoble o débil. Y ya sabemos, a hacer moldes como churros.
(c) En imaginería una figura de 1932, puede considerarse moderna, si comparamos hacia atrás.