La Visión cósmica de Galileo 3

Por Marathon

Galileo no podría haber encontrado mejores patrocinadores. La colección de la familia Medici abarcaba decenas de instrumentos científicos intrincadamente elaborados. La colección incluía planisferios náuticos, brújulas, cuadrantes horarios, esferas armilares y astrolabios.

En la imagen un ejemplar del "Mensajero de los astros" o "Sidereus Nuncius", considerado el primer best-seller científico
Aunque estos instrumentos podían medir el mundo de diversas maneras y con distintos fines: determinar el calibre de los proyectiles, la agrimensura, la ayuda a la navegación, algunos de los instrumentos nunca se usaron, y su finalidad era sólo ornamental.
Algunos de los contemporáneos de Galileo no estaban siquiera interesados en observar por un telescopio, tan seguros estaban de la sabiduría de Aristóteles. El nobre Franceso Sizzi realizó la chocante afirmación: "Estos satélites de Júpiter son invisibles a simple vista y por lo tanto no pueden ejercer ninguna influencia sobre la Tierra, y por lo tanto son inútiles, y por consiguiente no existen". Continuaba Sizzi sosteniendo que la aparición de nuevos planetas era algo imposible, puesto que el número siete era un número sagrado: "Hay siete orificios en la cabez de los animales: dos fosas nasales, dos ojos, dos orejas y una boca ... . A partir de ésto y de otras similitudes de la Naturaleza, las cuales es prolijo enumerar, deducimos que el número de planetas necesariamente debe ser siete."
Algunos de los que se dignaron a utilizar el telescopio dudaron incluso de sus propios ojos. Un estudioso llamado Martín de Bohemia Horky escribió: "abajo funciona de maravilla;. Pero en el cielo resultas engañado". Otros honraron las evidencias telescópicas, pero se apresuraron a ajustarlas conforme a sus ideas preconcebidas. Un erudito jesuita que mantenía correspondencia con Galileo, el Padre Clavius, intentó rescatar la idea de que la Luna era una esfera postulando una superficie perfectamente lisa e invisible que se extiendía por encima de sus irregulares colinas y valles.
Sin embargo, "El mensajero de los astros" fue todo un éxito: los primeros 500 ejemplares se agotaron en cuestión de meses. Hubo una gran demanda de telescopios galileanos, y el propio científico fue nombrado matemático jefe de la Universidad de Pisa.
Continuará...
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