La Visita, sin llegar a los niveles de calidad de obras como El Sexto Sentido, El Protegido o Señales, es algo así como un regreso a los orígenes de la filmografía de Shyamalan. Vuelta al terror psicológico, que intenta provocar más inquietud e incomodidad que miedo en sí mismo. Y hay que reconocer que lo consigue en gran parte del film.
Partiendo de algo tan básico, cotidiano y tierno (posiblemente las cosas que más miedo dan cuando se corrompen) como puede ser la relación entre abuelos y nietos, Shyamalan construye una historia inquietante, llena de interrogantes que, como era habitual en sus primeras obras del género, solo se resolverán al final de la cinta. La trama me ha resultado bastante original e interesante, con algunos giros inesperados y eficaces dentro del más puro estilo de su director.
En cuanto al reparto, me ha parecido muy correcto, especialmente la joven Olivia DeJonge, a la que no conocía. Desde luego la chica promete y puede ser una de las actrices a tener en cuenta en un futuro no muy lejano. En cambio Ed Oxenbould, que interpreta al niño protagonista, me ha resultado odioso antes de llegar a los diez minutos de película. Un sentimiento que, por suerte, se fue diluyendo a medida que avanzamos en la trama. Será él, además, el encargado de poner las notas cómicas a la película. Alguna que otra que sobra, por cierto. Ciertos momento de humor rompen completamente la tensión que se había creado con anterioridad y que es tan difícil de conseguir hoy día.
Por su parte Deanna Dunagan y Peter McRobbie, que interpretan a los abuelos, están muy correctos, especialmente ella, que consigue enternecernos o asustarnos con una facilidad pasmosa.
En el global, la película funciona bastante bien, especialmente por su historia y los actores. En cambio, en el lado menos atractivo, para mí al menos, está el estilo que ha escogido Shyamalan para la puesta en escena, el tan manido últimamente (y odiado por mi) sistema de cámara en mano y montaje casi tipo falso documental que por momentos es muy molesto. Eso sí, ha sido inteligente y en vez de hacer que sus personajes carguen con las cámaras en todo momento, da descansos al espectador haciendo que las cámaras estén apoyadas y estáticas en algunas escenas. Se agradece.
En fin, como ya he comentado, una película más que aceptable que me hace recobrar la fe en lo que nos pueda llegar en el futuro de este gran director y, al mismo tiempo, nos hace añorar sus mejores obras.
Por cierto, o no he estado atento o Shyamalan definitivamente ha dejado de hacer cameos en sus películas.
Lo mejor: La historia. Las dos actrices. Algunos giros de guión.
Lo peor: El sistema de cámara en mano. Algunos momentos de humor rompen el clima de la película rebajando la tensión de las escenas. Tal vez sea intencionado, pero creo que es un error.
Nota: 6,5/10
La frase: "¿Te importaría meterte en el horno para limpiarlo?"