¿Alguna vez os habéis preguntado si vuestro bebé recién nacido os ve o de qué color tendrá los ojos? A nosotros nos lo preguntan en cada primera revisión del niño sano que hacemos.
La vista nos permite conocer el medio que nos rodea, darle volumen, forma, color, tamaño… es quizá el sentido mas complejo que poseemos. Realmente el ojo sólo es el órgano receptor de las señales luminosas, el verdadero órgano de la vista es el cerebro, es en la parte occipital del mismo, la llamada corteza visual, donde se forman las imágenes (por eso la ceguera se puede producir tanto por una lesión en las estructuras del ojo como en el cerebro).
El ojo funciona como una cámara de fotos, las radiaciones electromagnéticas de una longitud especifica atraviesan las lentes que tiene el ojo entrando por la pupila y llegan hasta la retina donde hay unas células especializadas, conos y bastones, que convierten esas ondas en impulsos nervioso y se transmiten, a través el nervio óptico, hasta el cerebro.
El ojo está rodeado por una serie de estructuras que lo protegen y le permiten moverse: cejas, parpados, conjuntiva, aparato lagrimal y músculos oculares.
Los bebés no nacen viendo, distinguen sombras y cambios en la intensidad de la luz, ven imágenes muy de cerca. Es en lo primeros cuatro meses cuando el sentido va madurando y en los primeros seis cuando mas maleables resultan las vías ópticas.
El color de los ojos nos lo da la melanina que tenemos en el iris, la melanina es el pigmento que también da color a nuestra piel y nuestro pelo y en el bebé las células que la producen son inmaduras por eso al ir aumentando la producción cambia el color del iris.
El color en algunos niños está cambiando hasta el año de edad e incluso en algunos casos hasta la edad adulta aunque lo normal es que esté mas o menos definido a partir de lo seis meses. El color va ligado al color de la piel y la raza y depende de la herencia que recibimos de nuestros padres.En las revisiones del niño sano siempre nos fijamos en los ojos: en las primeras los miramos con el oftalmoscopio buscando un reflejo rojo en la pupila (como en las fotos hechas con flash) que nos indica normalidad y según va haciéndose mayor se explora la simetría de ambos ojo (descartar estrabismos) y la agudeza visual.
Cuando los estímulos no son simétricos, es decir, no llegan igual por ambo ojos, uno de los dos pierde visión, es lo que llamamos ambliopía u ojo vago. Es necesario que se diagnostique antes de los tres años de edad, hasta en 1/3 de los caso es debido a un estrabismo. El daño es máximo durante los dos primeros años pero dada la plasticidad neurosensorial del niño es recuperable si se inicia el tratamiento antes de los seis años.
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