Este aspecto del rostro no solo depende de las cremas y de los cosméticos sino que, depende de nuestros hábitos, entre los que destaca nuestra dieta. Como nos alimentamos y que consumimos afectan en cierto modo la salud de nuestra piel y por ello hay que conocer los nutrientes que la favorecen. Uno de los más importantes es la vitamina B. Lucir una piel sana es mejor que lucir un bronceado.
La reparación de la piel es otra de las ventajas que ofrece la vitamina B. Significa que ayuda en la cicatrización de una herida o a la recuperación después de una operación. De sus propiedades hidratantes se benefician la piel, el cabello y las uñas, por lo que la podemos usar como tratamiento después del verano para compensar los excesos sufridos.