Y así como hablamos del retinol y sus derivados, ella no podía ser menos: la vitamina C, o l-ascorbic acid también tiene sus hermanas.
El ácido ascórbico, también conocido como vitamina C, es un potente antioxidante, protege la piel del stress oxidativo, donando electrones para neutralizar a los radicales libres. La mayor fuente de vitamina C proviene de la dieta, pero a través de cremas o tratamientos tópicos con este ingrediente lo podemos utilizar para cuidar de nuestra piel.
Trabaja entre las células y en las células, formando parte de la formación de la barrera de lípidos de la piel. Promueve la síntesis de colágeno, aumenta la producción/migración de fibroblastos (que sintetizan ese colágeno, cicatrizan y son cruciales en la matriz extra celular de la piel), mejora la cicatrización y evita la hiperpigmentación (manchas), inhibiendo la tyrosinase.
Se la puede usar de día y de noche, porque no, no te manchas por usar vitamina C de día, te manchas por no usar protector solar.
Si usamos la vitamina C de día, vamos a conseguir que inhiba los radicales libres, esas moléculas que provocan la oxidación y envejecimiento de la piel. Como el protector solar no bloquea el 100% de los rayos, la vitamina C colabora a que el daño no sea mayor. Al ser antioxidante, ayuda a los filtros de la radiación IR.
Usarla de noche ayuda a conseguir un efecto antiinflamatorio (en este post les explico la importancia de evitar la inflamación). Interviene en la síntesis del colágeno y mejora la luminosidad, así como también aclara manchas.
Pueden usarla de día y noche, en ambos momentos, aunque siempre se dice que la mejor receta antiage es usar vitamina C de día y retinol a la noche.
Toda una belleza. Pero así como nadie es perfecto, él tampoco. El L Ascorbic Acid es muy inestable, es fotosensible (se degrada en contacto con la luz), tampoco le gustan mucho el aire ni el calor. Cada vez que nuestro suero de vitamina C cambia de color, de tener color naranjita pasa a un color caramelo, eso quiere decir que se oxidó y no sirve más. Es por eso que las marcas cosméticas buscan opciones para poner en las cremas, y ahí aparecen las opciones u hermanas, también conocidas como derivados. Algunos son lipofilicos (mejoran la penetración), todo lo contrario de la vitamina C original.
Para que las tengan presentes, algunas son:
- Magnesium ascorbyl phosphate
- Ascorbyl 6 palmitate (lipofílico, es más estable en un pH neutro, es más suave en pieles sensibles)
- Ascorbic Acid Sulfate
- Disodium Isostearyl 2-0 o Ascorbic phosphate
- Ascorbyl glucoside
- Tetraisopalmitoyl ascorbic Acid
- Ethylated Ascorbic acid.
Todos estos derivados se convierten en L-ascorbic acid en la piel. Algunos son más estables, otros penetran mejor... pero siempre va a ser mejor usar un producto con la original, que es más potente. Por ejemplo, un Ácido ascórbico al 15% con pH 3-4 alcanza la máxima concentración en la piel a los 3 días y acabada la aplicación, la vida media es de 4 días. Eso no es seguro con algún derivado. Tampoco es lo mismo usar 5% de ácido ascórbico que 15% de un derivado, el original es más potente. Por ejemplo, el aminopropyl ascorbyl phosphate tiene un 0,5% de potencia para reducir la pigmentación y arrugas... así que la próxima vez que vayan a comprar una crema o suero, prueben fijándose qué se ponen.
Y recuerden estos otros datos:
- La Vitamina C funciona mejor si está acompañada por la vitamina E (tocopherol) y ácido ferúlico.
- La piel no absorbe más de un 20% de vitamina C, así que cualquier crema que les diga que tiene más de ese porcentaje, les esta vendiendo algo que no van a "usar".
- Siempre va a ser mejor tener un envase airless y de vidrio opaco en el caso del l-ascorbic acid, aunque los derivados no necesariamente van a necesitar este detalle.
- La vitamina C pura puede irritar, así que un derivado quizás sea lo ideal para una piel sensible (chequeen con un dermatólogo).
- Si es la primera vez que van a usar este ingrediente, comiencen usando una concentración baja o un derivado.