La vivienda protegida. Historia de una necesidad (exposición en Madrid)

Por Enrique23

El hacinamiento y la pobreza  era habitual en las grandes ciudades, colapsadas por las ingentes remesas de inmigración desesperada en busca de trabajo y de una vida mejor. (Nueva York, 1913)

Exposición “La vivienda protegida. Historia de una necesidad”

A consecuencia de la falta de vivienda y del hacinamiento  en los asentamientos de  nuevos habitantes que llegaban a Madrid en busca de mejores condiciones de vida surgieron las políticas de Casas Baratas, las cuales  dieron lugar a diversas leyes a lo largo de la primera mitad del siglo XX que primaron las construcciones unifamiliares en el extrarradio donde el suelo era más barato. Estas  dieron paso a los bloques de alta densidad y, tras la guerra con la resultante destrucción de edificios , surgió la necesidad de reconstruir con urgencia las ciudades  con nuevas viviendas, al tiempo que la inmigración del campo inundaba las urbes. El “desarrollismo” anterior a los setenta propiciaba la creación de nuevos barrios obreros de iniciativa oficial,  que más adelante se dejaron en manos de la iniciativa privada.
Esta exposición que todavía se puede ver en Madrid (desde el 12 de enero hasta el 28 de febrero de 2010), comisariada por Carlos Sambricio, catedrático de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), ofrece una aproximación a la vivienda protegida a través de cuatro espacios diversos, que se identifican con los cuatro espacios esenciales de la vivienda actual.

En el primer espacio (Sala 1, “Los cuatro espacios”) se repasa la evolución de las cuatro estancias fundamentales de las casas. Estas son el baño, la cocina, el dormitorio y el salón o sala de estar, cuya variación desde los comienzos de la vivienda social están asociados al problema del acceso a la vivienda, a la evolución en la forma de entender la ciudad y al cambio en los usos de los espacios de habitación y convivencia urbana, ámbito éste que conforma el segundo espacio de la muestra (Sala 2, “La solución de un problema”).
En un tercer espacio (Sala 3, “Diez ejemplos de excelencia”) se pretende ofrecer de modo somero, a través de algunos ejemplos, cómo se responde hoy en día a la demanda de vivienda de promoción pública.
El último espacio de la exposición (Sala 4, “Rehabilitación urbana”), el más interesante, muestra las rehabilitaciones de dos barrios de viviendas  protegidas de dos ciudades españolas.

Edificio El Mirador en el PAU de San Chinarro de Madrid, bloque de viviendas de 21 pisos de protección oficial, que presenta una gran ventana urbana desde la cual se pueden ver interesantes vistas de la Sierra de Guadarrama. Vista de su construcción e imagen actual. (FOTO: Manuel Mayorga,  en Trekearth)

La exposición se plantea desde el primer espacio  como un audiovisual fácil que, aunque pretende ser una historia breve de la vivienda social en pocas líneas, resulta demasiado parco en información, de realización confusa y poco cómodo de ver. Es posible que se trate de un denodado esfuerzo de síntesis. Interesante, por el tema a tratar, pero de  dificil comprensión y por ello huero, pues el objeto  y los contenidos de los audiovisuales quedan difusos y resultan enormemente generales y de escaso interés. Se echa de menos más información y una mayor profundización en cada apartado, ya que éstos se resuelven simplificando al máximo y prescindiendo del texto y de los datos. Por cierto, los ruiditos del audiovisual no ayudan en absoluto.

Ejemplos de viviendas protegidas realizadas en los primeros años del siglo XXI. Estas intervenciones se encuentran recogidas en la exposición “La vivienda protegida. Historia de una necesidad”

En cualquier caso, destaca sobre el resto, el espacio dedicado a la “Rehabilitación urbana“, en el que se pueden ver dos documentales que ilustran, a modo de ejemplo, las actuaciones llevadas a cabo por las Administraciones autonómica y estatal en dos barrios de Bilbao y Barcelona respectivamente. El primer ejemplo es una película propagandística, restaurada por la Filmoteca Vasca y la Filmoteca Nacional, que narra la construcción en 1961 del Polígono de viviendas de Ocharcoaga en Bilbao, donde antes había un poblado de infravivienda chabolista.

El segundo documental habla de las “Viviendas del Gobernador” en el barrio del Verdum de Barcelona, un grupo de 900 viviendas construidas en 1952 para alojar provisionalmente a barraquistas de Barcelona que provenían del interior de España en busca de trabajo.

Barrio de Valdeacederas-La Ventilla, en Madrid. Este sector fue durante años el principal arrabal del norte de la ciudad, que presentaba una trama urbana escasa y primaria compuesta por casitas autoconstruidas de aspecto rural y edificios de promoción pública de escasa calidad. En los años ochenta del siglo XX el IVIMA se planteó la realización de una serie de unidades de realojo para mejorar los trazados y eliminar la infravivienda. Estas se han ido levantando desde el año 1985  hasta la actualidad en una intervención que todavía dura. Como resultado del plan surgió una nueva calle, la Avenida de Asturias, que comunica la Plaza de Castilla con el Barrio del Pilar.

De los diferentes espacios de la vivienda social y de su evolución hasta el momento actual encontramos un resumen en el tríptico informativo de la muestra:

La cocina: “Del espacio multiusos de finales del siglo XIX se evoluciona a la cocina concebida como laboratorio. El espacio de dimensiones reducidas se estudia al mínimo detalle para hacerlo funcional. La cocina de gas sustituye a la antigua de carbón y, en paralelo, a parecen los primeros electrodomésticos. Finalmente, la cocina recupera de alguna forma esa multifunción. Deja de ser un reducto alejado de la vida cotidiana y se convierte en una de las partes más vivas de la vivienda.”

Modelo de cocina en una construcción de protección del Estado en 1945. Abajo un modelo publicitario que muestra la cocina ideal en los años setenta del siglo XX. Los conceptos de espacio y comodidad se iban transformando.

El baño: “A principios del siglo XX, en el mismo espacio donde se dormía, se comía y se cocinaba, había una palangana que servía para la mínima higiene. La evolución de la vivienda protegida llevará a que su baño se conciba idéntico al de las casas burguesas e integrará -junto a la cocina- el núcleo húmedo de la casa. Finalmente, nuevos diseños en materiales, la aparición del color y nuevas iluminaciones, buscarán conferir al baño un valor añadido nuevo hasta entonces”.

Sala de estar: “El espacio en torno a la mesa chacinera del tugurio de finales del siglo XIX se transforma en cuarto de estar, concebido a la vez como comedor y lugar de reunión familiar. El ocupante de la vvienda protegida asume la forma de vivir de la clase burguesa, repitiendo gestos y comportamientos. Poco a poco se abandona la decoración cargada y de pesados muebles de madera a favor de una habitación diáfana, evolución interrumpida a veces por ligeros retornos al pasado”.

Dormitorio: “A comienzos de la década de los 20 del siglo XX la vivienda obrera dejó de identificarse con la imagen de una única habitación para toda la familia y sus quehaceres diarios. A partir de entonce, matrimonios e hijos tendrán dormitorios propios. El cuarto para dormir adoptará el orden y el diseño de los camarotes o los coches cama: armarios empotrados, muebles cama, camas nido y literas, serán soluciones para obtener el máximo provecho de un espacio reducido”.

Exposición "La vivienda protegida. Historia de una necesidad"
Sala de La Arquería de Nuevos Ministerios.
Paseo de La Castellana 67. 28046 Madrid