La voluntad popular es invencible y derriba gobiernos

Publicado el 27 febrero 2014 por Franky
Ucrania demuestra que los gobiernos inicuos e injustos deben y pueden derribarse, si el pueblo se une y lucha por sus derechos violados. La voluntad popular es invencible. Lo explica Carlos RH en un comentario que, por su interés, elevamos a articulo de portada. --- Lo que realmente ha triunfado en Ucrania es la voluntad popular, ese elemento fundamental para cambiar las cosas y que nada ni nadie en la historia ha logrado doblegar.

La voluntad popular tiene sus costes, no se puede quedar a medias saliendo a la calle y dando marcha atrás en cuanto sueltan a los antidisturbios o al ejercito. La voluntad popular tiene un limite que es alcanzar lo que se propone, en el caso de Ucrania, destituir al tirano e instaurar un régimen democrático. ¿Era eso lo que querían? Si, pues hay que luchar hasta conseguirlo, eso es la voluntad popular.

La voluntad popular se consigue cuando es real, cuando son los ciudadanos desde su convicción en el cambio los que forman parte de ella. Jamás la voluntad popular ha sido manipulada ni dirigida por una fuerza política, económica, sindical o religiosa, eso es otra cosa que suele acabar mal o que ni siquiera suele acabar.

La voluntad popular es el conjunto de los ciudadanos activos que están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para conseguir lo que creen que es justo para toda la sociedad y para ello se han de tener las cosas muy claras asumiendo el coste personal y todo lo que ello lleva consigo. Uno no se puede quedar a medias porque está pensando en que lo van a detener, despedir de su trabajo, dejar de pagar su hipoteca o arruinar su vida. Antepone el interés colectivo al suyo propio pensando que el futuro le compensará y lo hará con las siguientes generaciones. Es tener altura de miras, ausencia de egoísmo y capacidad de darlo todo a cambio de nada.

Ese tipo de ciudadanos suelen ser escasos en sociedades materialistas como la nuestra donde uno mira mas por lo suyo que por la colectividad, donde a pesar de que las injusticias le tocan de cerca aún no le tocan personalmente, aguanta hasta que le llega la hora. Entonces suele ser demasiado tarde porque actúa por un impulso propio y egoísta que no le conduce a nada. Los verdaderos ciudadanos actúan cuando detectan el problema en los otros. Eso es la irrefrenable acción de la voluntad popular solo apta para pueblos nobles donde la dignidad está por encima de lo terrenal.

Esos son los pueblos que avanzan, los que deciden cual es su dirección histórica, el resto quedan a merced del amo de turno como una simple manada.

Carlos RH